La calabaza del peregrino en el Camino de Santiago

Cada vez son más personas que se deciden a realizar el Camino de Santiago y con ello convertirse en auténticos peregrinos. Las razones por las que hacerse peregrino son muy variadas y dependen de la situación de cada persona. Sin embargo, todos los que ya lo son, cuadran en que el Camino de Santiago es toda una experiencia que muchos quieren volver a vivir.

Algunas de las recomendaciones más conocidas para realizar el Camino de Santiago son la preparación previa necesaria y la elaboración de una planificación que nos permita saber lo que necesitamos llevar en la mochila, para tener así un trayecto mucho más cómodo y confortable.

Además de seleccionar la ropa y el calzado adecuado, junto a una buena mochila que se adapte a nuestro cuerpo y tenga la capacidad suficiente, existen otros elementos que son muy representativos entre los peregrinos y pueden ayudar a la hora de recorrer el camino hasta Santiago de Compostela, como por ejemplo los bastones del Camino del Santiago. 

Si bien, los bastones son muy populares ya que ayudan a los peregrinos durante su trayecto, existen otros elementos simbólicos que también podemos encontrar y que, aunque en la actualidad no tienen la misma función que antaño tuvieron, son ya símbolos del Camino de Santiago.

Las calabazas del peregrino ?

La calabaza del peregrino es, junto la concha, el bordón o la compostela, entre otros, uno de los objetos más simbólicos del Camino de Santiago. Desde el origen del camino, los peregrinos las colocaban en sus bastones para tener en todo momento agua o vino disponible y así hidratarse durante su trayecto. 

No se conocen datos específicos de por qué la gente comenzó a vaciar las calabazas del peregrino y dejarlas secar para utilizarlas como recipiente donde almacenar agua. Sin embargo, su frecuente uso, hizo que esta calabaza sea uno de los símbolos del Camino de Santiago. Lo que sí se conoce es que en diferentes países de Europa se secaban las calabazas del peregrino, además de otros tipos de calabazas, para crear utensilios baratos para la cocina.

Este tipo de calabazas ya son consideradas como calabazas del peregrino, por lo frecuente que era ver a los peregrinos con la calabazas colgadas del cinturón o del propio bastón que portaban. Estas calabazas cuentan con una superficie bastante lisa y se caracterizan por tener la parte superior más estrecha que la parte inferior lo que permite que sea más fácil amarrarla con una cuerda.

Cómo decorar las calabazas del peregrino ?

Años atrás, las personas que recorrían el Camino tenían que vaciar la calabaza del peregrino y dejar secar al aire libre su interior para luego poder meterles líquido y utilizarlas como recipientes. Actualmente, ya existen botellas y cantimploras con esa misma función, sin embargo muchos quieren llevar esta elemento tan típico del Camino. A lo largo de todas las rutas jacobeas, como por ejemplo el Camino Francés o el Camino Inglés, podemos encontrar distintos puestos con calabazas del peregrino para comprar ya secas y listas.

Aunque el aspecto de las calabaza del peregrino es en general de color anaranjado, muchos peregrinos las decoran y las personalizan según sus gustos. En el camino podemos encontrar todo tipo de calabazas del peregrino decoradas, algunos las pintan de colores o las personalizan con pegatinas, mientras que otros las perforan para crear en su superficie diferentes siluetas. Obviamente no existen unas normas que digan cómo pintar las calabazas del peregrino, cada uno puede dejar volar su imaginación y crear diseños que vayan según sus gustos y su estilo propio.

Las mejores imágenes de las calabazas del peregrino ?