Lo de las ampollas es muy fácil de prevenir. Recorro varios miles de kilómetros cada año, y ya he olvidado cuándo tuve por última vez una ampolla.
Las reglas son las siguientes:
1º/ Buen calzado, preferentemente bota, del tamaño correcto, que transpire bien (tejido goretex), y evitando su estreno (hay que romper la bota, como dirían los norteamericanos, en sentido figurado, claro).
2º/ Excelentes calcetines. No necesariamente de algodón, pero sí que es importante que no tengan costuras y que se ajusten perfectamente a cada pie (algunas marcas los fabrican diferentes los del pie izquierdo y los del derecho). Deben tener puntos de protección acolchados para absorber el impacto y minimizar el riesgo de rozaduras y banda de compresión en el empeine para un mejor ajuste. Hay que evitar a toda costa las arrugas. Naturalmente, los calcetines tienen que cambiarse y lavarse todos los días (es obvio, pero más de un caminante no lo tiene en cuenta).
3º/ Olvídate de las cremas y vaselinas. Simplemente, si a pesar de haber elegido bien el calzado y los calcetines, sientes la más mínima rozadura en alguna parte del pie, no esperes a que vaya a más; detente un par de minutos, descálzate y pon sobre la piel, en la zona en que hayas sentido el ligero escozor, un trocito de esparadrapo (nada de tiritas, y mucho menos gasas, directamente esparadrapo, de tela o de papel, da igual, pero esparadrapo). Puedes dejarlo incluso varios días, ya que no se suele caer ni siquiera al ducharte. El remedio es fulminante. Hay quien ya no espera a sentir algún escozor para poner el esparadrapo, y se venda diariamente los pies, como si fuera una geisha. Evidentemente, también es muy eficaz, pero tal vez innecesario.
4º/ Finalmente, si a pesar de todo sale una ampolla, hay que curarla siguiendo los buenos consejos que todo el mundo te dará. ?
Un gran abrazo