La Catedral, el Mercado de Abastos, el parque de la Alameda, la Universidad… Pasa por consigna, libérate de cargas y descubre qué hacer al finalizar el Camino.
Otoño es una estación de gran movimiento en el Camino de Santiago. Según datos de la Oficina del Peregrino, más de 1.000 peregrinos llegan cada día a su ansiada meta: Compostela. ¿Y qué hacer nada más llegar a la ciudad del Apóstol? Sin duda, experimentar en carne propia el subidón emocional que supone llegar a la plaza del Obradoiro y sentir que el esfuerzo ha valido la pena. ¿Y después? Os vamos a proponer diez altos en el camino que resultan imprescindibles para disfrutar de Santiago de Compostela.
¿Y qué hacer nada más llegar a la ciudad del Apóstol? Sin duda, experimentar en carne propia el subidón emocional que supone llegar a la plaza del Obradoiro y sentir que el esfuerzo ha valido la pena. ¿Y después? Os vamos a proponer diez altos en el camino que resultan imprescindibles para disfrutar de Santiago de Compostela.
Como buen peregrino, lo primero es entrar en la Catedral de Santiago y abrazar al Apóstol. Pero, ¡atención! Al templo no se puede acceder con la mochila por motivos de seguridad. Además, Santiago se descubre andando. Así que mejor liberarse de cargas antes de empezar.
Correos dispone de una consigna en el número 4 de la rúa do Franco, apenas a dos minutos de la plaza del Obradoiro. Allí, podrás dejar la mochila o la maleta, la bicicleta o incluso los bastones. Y si no vas a volver a usar tu equipaje, Correos también te ofrece la posibilidad de enviarlo a casa a través del Paq peregrino y el Paq Bicicleta. A tu vuelta solo tendrás que acercarte a la oficina postal más cercana y recogerlo sin necesidad de cargar con él en lo que te quede de viaje.
Ahora sí, ya estamos listos para entrar en la Catedral. El acceso suele hacerse por la Plaza de Platerías, en donde además de disfrutar de la fachada plateresca –una de las más bonitas- disfrutarás del ambiente que rodea a la conocida como Fuente de los Caballos que corona la plaza. Una vez en el interior, contempla el Pórtico de la Gloria y busca la figura del Santo dos Croques. A las 12:00 y a las 19:30 se celebra la Misa del Peregrino. Y ten en cuenta que en la del viernes por la tarde podrás ver el famoso “Botafumeiro”. Por último, guarda un hueco para subir a las cubiertas de la Catedral, las vistas de la ciudad son preciosas.
La plaza que es la meta del Camino necesita una segunda visita. Liberados de la carga emocional que supone llegar al destino podremos descubrir los monumentales edificios que la enmarcan: el Hostal de los Reyes Católicos, el Pazo de Raxoi –sede del ayuntamiento-, y el Pazo de Xelmírez, sede la universidad. Aprovecha para darle una vuelta a la Catedral y descubrir las otras tres plazas que la rodean: Azabachería, Quintana y Platerías.
Es el segundo lugar de la ciudad más visitado después de la Catedral. Y con razón, ya que es el segundo templo más importante de Santiago. Concretamente, el gastronómico. En sus naves encontrarás lo mejor de la gastronomía gallega: pescados, mariscos, verduras, pulpo... que podrás degustar allí mismo.
Santiago de Compostela es una de las ciudades con más parques y zonas verdes de Galicia. En el corazón de la ciudad encontramos la Alameda, un pulmón verde en el que además de conocer diferentes especies arbóreas y la carballeira e iglesia de Santa Susana, puedes hacerte una foto con las “Dos Marías” y disfrutar de las bonitas vistas desde el “Eucalipto del Amor”.
Tómate un vino… o dos acompañados de las mejores tapas. En toda la ciudad encontrarás bares y restaurantes para brindar por haber llegado hasta Santiago. Muchos se concentran por la Rúa do Franco, Rúa da Raíña y alrededores.
Acércate al Pazo de Fonseca, disfruta de su claustro ajardinado y descubre todos sus tesoros a través de las Visitas guiadas que organiza la USC. Y si eres amante de las bibliotecas no te pierdas la de la Facultad de Historia.
Descubre la vida de sus calles y de sus gentes: la Rúa Nova con sus teatros, los soportales de la Rúa do Vilar, el Preguntoiro…
La escalinata, las gárgolas y la fachada plateresca del Seminario Mayor no deja a nadie indiferente. Por la zona descubrirás bares con bonitas terrazas y jardines para disfrutar los días de sol.
Acércate al parque de Bonaval y visita el Museo do Pobo Galego o el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC). Y si tienes algo más de tiempo sube hasta la Ciudad de la Cultura en el Monte Gaiás.
Si ya sientes nostalgia del Camino, no te preocupes. Una vez en Santiago puedes prolongar tu ruta hasta Fisterra, cinco etapas que te llevarán directo al fin del mundo. Y si quieres seguir libre de cargas recuerda pasarte por Correos y contratar tu Paq Mochila, un servicio con el que te transportan cada día el equipaje de etapa a etapa a los alojamientos que indiques. Así podrás caminar con total comodidad y sin pesos y tendrás tus enseres disponibles al llegar al albergue.
¿Y vosotros? ¿Añadiríais algún alto más en el Camino?