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La cama del demonio, la leyenda de Cangas

Parajes incomparables en Galicia hay muchos, pero leyendas todavía más. Hoy repasamos una de las más conocidas en Pontevedra y que tiene a una de las criaturas procedentes del averno que más pesadillas genera.

En nuestro habitual repaso por algunos de los lugares o misterios clásicos de Galicia, hemos hablado de casos tan sonados como el de La Santa Compaña; ideal para recordar tras pasar recientemente por fechas como San Juan. También ha hecho acto de presencia, en nuestra particular biblioteca, artículos con aroma a cuento como el relato del peregrino fantasma, un auténtico clásico en Santiago de Compostela.

No obstante, y dada la gran diversidad de casos que alberga Galicia, también se escapan a oídos de no pocos lectores e inclusive habitantes casos tan impactantes como el denominado La Cama del Demonio. Como bien sabréis peregrinos, durante nuestro periplo hasta la Catedral de Santiago será común encontrarnos con diferentes ermitas o inclusive camposantos siempre vinculados a santos. Fotografías imponentes de otro tiempo que se encargan de adornar de forma aún más mágica el viaje, y que por supuesto tienen su propia leyenda detrás.

La historia que os vamos a contar hoy precisamente no habla de ninguna santidad, sino más bien todo lo contrario, un demonio. Nos referimos a la cama de Aldán, situada en Cangas y cuyo trasfondo os dejará impactados.

¿Dónde se encuentra la llamada Cama del Demonio, también conocida como Cama do Demo o Cama do Xudeu? Tendremos que viajar hasta el municipio de Cangas, situado en Pontevedra. Junto al cruce con la calle del Obispo Cerviño, y en la carretera Bueu-Aldán, encontraremos el mencionado emplazamiento. No tiene perdida, pues cerca del mismo veremos la Iglesia de Aldán, que también da nombre a la tumba.

La historia de la Cama de Aldán relata que un demonio dormía en ella, usándola como lecho no sólo para dar una cabeza – sí, inclusive a estas criaturas del averno les encanta dormir -, pero también para acostarse cada noche con una mujer diferente, engendrando así éstas a un hijo demoníaco. Es más, la leyenda habla de que cada sábado tenía lugar el acto.