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Malas experiencias en el Camino de Santiago (cómo evitarlas)

Evita algunas de las malas experiencias más habituales a la hora de hacer el Camino de Santiago, en cualquiera de sus rutas.

Realizar el Camino de Santiago es sinónimo de vivir un montón de experiencia diferentes y variadas, especialmente si hacemos el Camino acompañados, en la compañía de personas afines a nosotros y con los que se puede compartir la experiencia sin reservas. Pero ojo, porque el Camino no siempre es el lugar paradisíaco que siempre nos imaginamos cuando planeamos el viaje.

Los peregrinos y futuros peregrinos debemos tener en cuenta ciertos problemas que pueden surgir a la hora de realizar nuestro trayecto. Unos problemas que nos pueden estropear parte de la experiencia y, en ciertos casos, son fácilmente solucionables teniendo un poco de cuidado para no caer en ellos. Vamos a repasar algunos de los más comunes.

? Desorientarse mientras caminas

Si nos obcecamos en caminar sin distracciones, no pendientes de lo que nos rodea, pudiera llegar el momento en que nos despistemos y nos desorientemos en medio de una etapa. Lo primero en estos casos es planificar bien la ruta durante el día anterior, saber bien las carreteras o municipios por los que pasaremos, pudiendo preguntar en cualquier establecimiento si nos perdemos. Por supuesto, lleva un mapa i consulta un GPS si es necesario: hoy en día están en los móviles, en relojes inteligentes, pulseras de actividad, etc. 

? Rozaduras y otras lesiones al caminar

Al caminar, especialmente si no disponemos de ropa de calidad, es posible que comiencen a producirse rozaduras en nuestro cuerpo, pudiendo llegar a otras lesiones más importantes, especialmente en la zona de los pies. Recuerda utilizar ropa de deporte cómoda, que ya hayas utilizado, y que no se te ocurra estrenar tenis o botas en el Camino. Recuerda colocar bien la mochila sobre las caderas y no cargar el peso en la espalda. Por otra parte, lleva siempre unas cremas y material básico de curas para rozaduras, llagas, etc. 

? Perder objetos de valor o robos

Uno de los peores tragos que pueden sucedernos en el Camino de Santiago es la pérdida de objetos importantes o de valor para nosotros, ya sea una desaparición casual o un robo. Lo primero es que, para el Camino, no lleves encima pertenencias de mucho valor -no las necesitarás-. Por otra parte, ten siempre vigiladas tus pertenencias cuando pares a descansar o en los albergues, guardando bien todos los objetos y no dejando nada sobre mesas, mesillas, etc. Revisa bien, antes de partir, que lleves todo encima y no te dejas nada atrás.

? Sin plaza en un albergue público

Después de una larga y dura jornada de Camino, lo peor que puede pasar es llegar a un municipio y quedarnos sin plaza en un albergue público. Las plazas se reparten estrictamente por orden de llegada. Podemos evitar estos problemas si hacemos el Camino en temporadas bajas, ya que la afluencia es mucho menor. En caso contrario, es recomendable comenzar las etapas bien temprano por las mañanas, para llegar antes al punto de destino y poder disfrutar del municipio por las tardes. Recuerda que lo primero que debes hacer es pedir tu plaza en el albergue público. De lo contrario tocará pagar o pasar la noche al raso -puedes llevarte una pequeña tienda de campaña para las emergencias-.

⏰ Llegar tarde a un transporte previsto

De la misma forma que puedes quedarte sin plazas en un albergue, puedes llegar tarde a un medio de transporte: trenes, autobuses, aviones... En esos días en donde tengas previsto usar un medio de transporte, intenta levantarte antes y salir con tiempo de sobre ante cualquier imprevisto, como perderse en el Camino. En casos urgentes, no dudes en usar el móvil y llamar a un taxi, por ejemplo. 

?‍♂️ Que familiares o amigos nos dejen tirados

Una de las peores experiencias posibles es imaginarnos haciéndonos el Camino de Santiago con familiares, amigos o parejas, y justo antes de comenzar el viaje nos digan que no vienen. Poco se puede hacer ante esto, ya que no puedes obligar a nadie y el Camino debe de ser una elección voluntaria. De todas formas, evita que esto suceda planificando el viaje entre todas las personas que pretenden ir contigo. Que sea una experiencia de grupo y todos se impliquen. Busca también la fecha idónea para todos, en la que los imprevistos se minimicen.