Las tradiciones del Camino de Santiago son muchas, y esta destaca por su solidaridad con el resto de peregrinos
La flecha amarilla con un montículo de piedras al lado es una imagen de lo más habitual a lo largo del camino, se haga la ruta que se haga. Sin embargo, esconde un significado que no todos conocen. De entre todas las tradiciones y leyendas del Camino, esta es una de las más longevas. Esta tradición no tiene origen conocido, pero se remonta a hace siglos.
Las piedras a lo largo de la ruta hasta Santiago se colocaron inicialmente con la intención de guiar a otros peregrinos. Así se informaba a otros viajeros del camino a seguir, antes de que hubiera una señalización estandarizada. Las piedras en cada tramo son una forma silenciosa de crear comunidad, en la que los peregrinos no se encuentran unos con otros pero son conscientes de que siguen el legado de otros antes que ellos.
Estas piedras tienen otra razón de ser, más espiritual. Dejar una piedra junto al camino es un símbolo de que el peregrino deja atrás sus miedos y errores. Simboliza que se libra de una carga, que abandona el dolor y arrepentimiento que ha cargado durante los kilómetros previos.
Sea para liberar las penas o para sentirse en comunidad con otros peregrinos, este gesto se ha extendido a todas partes del mundo. Cada una de las piedras del camino son, de forma espiritual, las cargas que han llevado miles de peregrinos antes que tú, y que han sido capaces de dejar atrás para completar el camino hasta la Catedral de Santiago.
Las cruces tienen un significado un poco diferente, no son una marca para el resto de los peregrinos. Aunque no se conoce su origen, al parecer se comenzó a hacer como forma de honrar la muerte de un ser querido. Hay quien lo sigue haciendo a día de hoy para mostrar el respeto y el recuerdo de sus seres queridos, ya que este símbolo ha sobrevivido a lo largo de los siglos.