Los peregrinos quedarán completamente conquistados por una experiencia que les será imposible borrar de su mente.
El Camino de Santiago está formado por una compleja red de rutas de peregrinación. El descubrimiento de los restos de Santiago el Mayor desató todo un fenómeno social que provocó que se abrieran paso diferentes trayectos para llegar a la tumba del apóstol en la catedral de Santiago de Compostela, produciéndose de este modo un camino sembrado de grandes cantidades de arte y de una cultura que nos habla sobre las raíces del Viejo Continente.
Cuando hablamos de todo este itinerario jacobeo, inevitablemente el Camino Francés es uno de los recorridos con más tradición. Tanto peregrinos del centro y norte del continente europeo llegaban a la Península Ibérica para venerar al santo, razón por la cual a día de hoy se le conoce como la Calle Mayor de Europa. A pesar de que a día de hoy los motivos por los que realizar el Camino de Santiago distan en su gran mayoría de las creencias universales, no cabe ninguna duda de que se trata de una experiencia como ninguna otra.
No hay límites a la hora de organizar nuestro viaje, razón por la que podemos iniciar el Camino de Santiago Francés desde prácticamente cualquier lugar. La Rioja es un buen destino para inaugurar el trayecto, ya que a su paso encontramos algunas etapas con numerosas e importantes referencias que avalan la historia de los peregrinos, como es el caso de Logroño.
A pesar de que el privilegio de la ruta más antigua lo tiene el Camino Primitivo, el Camino de Santiago Francés es el trayecto con más tradición de todo el fenómeno jacobeo. A lo largo del recorrido no solo nos encontramos con una gran riqueza artística y paisajística, sino con además una historia que se remonta a nada más y nada menos que el siglo IX. Podemos seguir los pasos de los antiguos peregrinos y dejarnos enamorar por las leyendas y las pequeñas piezas de historia que se descubren a su paso.
Si a todo ello le sumamos las panorámicas que ofrece viajar a través de La Rioja, no cabe ninguna duda de que los peregrinos quedarán completamente conquistados por una experiencia que les será imposible borrar de su mente. Logroño es una gran opción para inicar nuestras andadas hacia Santiago de Compostela, ya que además de poder disfrutar de su gastronomía, visitas a edificios emblemáticos o de sus espectaculares panorámicas, se descubren numerosas referencias históricas que tienen que ver con los peregrinos más primitivos.
El Camino de Santiago desde Logroño está formado por más de 600 kilómetros repartidos en 26 etapas. Aunque la primera es algo extensa y cuenta con desniveles moderados, brindará una recompensa visual para los peregrinos. Permite transitar viñedos, amplios valles y visitar el centro histórico de la ciudad con un claro pasado jacobeo.
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