Reportaje

¿Por qué se dice que "el verdadero Camino comienza con la vuelta a casa"?

La sensación que vive el peregrino al concluir por primera vez el Camino de Santiago no tiene comparación posible. En las primeras semanas posteriores a la finalización de nuestra primera ruta jacobea es cuando de verdad la frase "el verdadero Camno comienza con la vuelta a casa" cobra todo el sentido. 

Homenaje al Camino de Santiago

Homenaje al Camino de Santiago

Si alguna vez te has metido accidentalmente o a conciencia en una conversación sobre el Camino de Santiago, es muy probable que hayas oído eso de "el verdadero Camino comienza cuando lo terminas" o alguna de sus variantes. Es algo que se ha dicho desde siempre, y a lo que mucha gente no le da demasiada consideración, pero lo cierto es que tras esta afirmación hay mucho de cierto, algo que solo aquellos que se han puesto las botas y han caminado por una de las etapas que recorren toda la península pueden entender. 

A lo que se refiere este dicho es a la burbuja en la que nos introduce el Camino de Santiago por unos días o semanas, alejándonos del mundo cotidiano al que le damos tanta importancia y permitiéndonos vivir la vida de una manera completamente diferente. El Camino nos hermana casi sin quererlo con los peregrinos con los que compartimos senda, con los que es muy fácil empatizar y confraternizar, porque todos tenemos el mismo objetivo y las mismas dolencias e intertidumbres; todos buscamos las conchas y las flechas amarillas. Durante unos días dejamos el competitivo día a día para abrazar un estilo de vida de otra época, caminando por parajes de enorme belleza y grabando en la retina amaneceres de postal.

De vuelta a la dura realidad

De vuelta a la dura realidad

Es más que probable volver a casa al haber completado el Camino de Santiago sintiéndonos unos colosos acostumbrados a sobreponernos a cualquier reto, curtidos a base de pisadas, por eso la vuelta se hace tan dura. Volver al entorno de siempre, volviendo a someternos a las reglas habituales es un reto quizás mayor que completar las etapas más duras del Camino; un destino desolador los primeros días, una bofetada de realidad que resuena en nuestra mejilla más que nunca. Sentirse parte del Camino a la vez produce un inevitablemente miedo a volver a contagiarse del día a día, porque las experiencias quedan grabadas y es inevitable comparar.

La sensación al volver del Camino es como llegar a casa, abrir el armario y que de repente toda la ropa se te haya quedado pequeña. Aunque permítenos recomendarte un buen remedio: reflexiona y aplica las mejores enseñanzas de lo que has vivido a tu vida diaria para lograr "revalorizarla". Que los árboles no te impidan ver el bosque. Y por supuesto vuelve cuando puedas, sin agobiarte, porque ya sabes que el Camino siempre te recibirá con los brazos abiertos.

¡Buen Camino!

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