Cacabelos

Mc'Cua ©Street View

A pesar de su reducido tamaño, la oferta hostelera de Cacabelos está bien nutrida. Cuenta con cafeterías que abren sus puertas desde primera hora del día para atender a las necesidades de los madrugadores peregrinos. La mayoría de estos establecimientos se concentran en torno a la plaza Calvo Sotelo. En la calle Cimadevilla, por donde penetra el Camino en la localidad, también cuenta con este tipo de negocios. Al otro lado del río, la oferta hostelera es menor.

Cacabelos goza de un gran cartel en buena parte de España gracias a dos motivos: el paso del Camino de Santiago y la buena mesa. Comer en Cacabelos siempre es un placer. Su huerta es tan fértil que la lista de productos típicos es inabarcable: Empanada, pimientos asados, botillo, asado de cabrito, cerezas, pera conferencia, manzana reineta, mermeladas, castañas en almíbar, cerezas y guindas en aguardiente.

Además, sus vinos, elaborados con uva mencía y garnacha (tintos), y doña blanca, godello y malvasía (blancos) están regulados bajo la Denominación de Origen del Bierzo. Un antiguo refrán asegura que "O viño de Cacabelos que hace bailar aos vellos". Los licores de hierbas también son excelentes. Los productos más característicos son la empanada de batallón, el botillo, el caldo berciano o el asado de cabrito. De entre los postres, además de la manzana y la pera, el roscón mojado en vino, las castañas en almíbar y las cerezas en aguardiente. Cacabelos es la cuna de los vinos de la comarca.

De estas tierras nacen los mejores caldos bajo la denominación de Origen del Bierzo. Los vecinos, día sí y día también, revolotean de bar en bar en eso que llaman la ronda de vinos, en la que acompañan cada consumición con una tapa. En definitiva, el único inconveniente de comer en Cacabelos lo encontrará aquél que tenga que emprender la marcha sin el tiempo suficiente para completar la digestión.