Convento de San Antón

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Burgos, un municipio desplazado a orillas del río Arlanzón y bajo la protección de un castillo, se presenta como una verdadera recompensa para los peregrinos del Camino de Santiago. A medida que se avanza por la carretera que va desde el municipio de Hontanas hasta Castrojeriz, empiezan a percibirse unas históricas ruinas con un vasto arco que puede llegar a significar muchas cosas para aquellos que viajan a través del Camino Francés.

El Convento de San Antón se ha convertido en uno de los puntos más emblemáticos de este recorrido. No solo señala que los peregrinos están siguiendo el camino correcto, sino también que están cruzando el esperado umbral que dirige hasta Castrojeriz. Las ruinas son todo un enclave para la peregrinación y los excursionistas, quienes pueden profundizar un poco más en la historia para poder apreciar el verdadero valor de esta reliquia castreña.

El Convento de San Antón fue sede de los reinos de la Corona de Castilla y Portugal

A unos cuatro kilómetros de Castrojeriz, y sobre lo que antiguamente podía percibirse como el palacio del rey Pedro I de Castilla, se encuentran las ruinas del Convento de San Antón. Se trata de un monasterio regido por los antonianos, una congregación de monjes que tenían como propósito de los pacientes con la enfermedad llamada “Fuego de San Antón” y de aquellos que llegaban a través del Camino de Santiago.

Con lo que respecta al valor histórico, el Convento de San Antón en Castrojeriz fue un hospital muy importante a nivel nacional debido a que fue la sede de la Orden de San Antonio en los diferentes reinos de la Corona de Castilla y Portugal. Además, las ceremonias realizadas por los antonianos a lo largo de todo el siglo XI para bendecir diferentes objetos eran muy famosas y participaban un gran número de creyentes.