Reportaje

¿Cómo combatir el cansancio en el Camino de Santiago?

A la hora de comenzar el Camino de Santiago, es necesario tener en cuenta diversas pautas para recuperar fuerzas y reducir el cansancio que producen las largas jornadas caminando

Descanso mirando a un paisaje desde el pico de la montaña - nensuria/iStock

Descanso mirando a un paisaje desde el pico de la montaña - nensuria/iStock

Comprendiendo el cansancio en el Camino de Santiago

Durante nuestro trayecto en las diferentes rutas del Camino de Santiago, es muy habitual percibir ciertos días que el cansancio se apodera de nuestro cuerpo. Ante esta situación resulta gratificante descansar y dormir las horas necesarias, ya que al día siguiente nos levantamos como nuevos y con las energías cargadas. 

El Camino de Santiago es una de las experiencias más bonitas que una persona puede vivir a lo largo de su vida. Sin embargo, la fatiga puede convertirse muchas veces en nuestro peor enemigo, ya que nos hace sentir cansados y con ganas de renunciar a nuestro objetivo. Los días que caminemos con la mochila a cuestas, haciendo kilómetros y sufriendo las adversidades climáticas, nos harán sentir cansados y con poca vitalidad. Para evitar esta situación, queremos recomendaros una serie de consejos para combatir el cansancio durante el Camino.  

Consejos básicos para recuperar fuerzas en el Camino de Santiago

Tomar bebidas energéticas es una buena opción para los que realizan jornadas de 30-40 kilómetros, ya que repondrán las sales minerales que han perdido durante el trayecto. También es importante beber mucho líquido para evitar el cansancio muscular. Es aconsejable beber pequeños tragos con frecuencia para hidratarnos.

Debemos limitar el peso de la mochila. Recuerda no excederte con el peso ya que habrá que caminar kilómetros con ella y el sobreesfuerzo en esta zona durante varias semanas puede tener graves consecuencias para los músculos. Además, el cansancio hará que vayas más lento y que con las horas empiecen a faltarte las fuerzas, por ello, intenta llevar lo necesario en la mochila. Lo ideal es no llevar más del 10% de nuestro peso corporal, por ejemplo, si pesas 80 kg tu mochila no debe superar los 8 kg. 

Son de agradecer unos masajes en las piernas y en los pies, ya sean hechos por nosotros mismos o por algún compañer@. Las agujetas no son el verdadero problema, ya que dejaremos de tenerlas al día siguiente. El inconveniente es el cansancio muscular que puede aparecer por el ritmo de la marcha, la deshidratación y el sobreesfuerzo al que no estamos acostumbrados.  

Hidratarse en el Camino de Santiago

Hidratarse en el Camino de Santiago

Realiza descansos durante el día para recuperar fuerzas, de modo que no llegues a sentirte exhausto y favorezca el ritmo de la recuperación. No es necesario descansar solo en los refugios, ya que podemos hacerlo cuando el cuerpo lo necesite. Si nos pide descansar no hay más que tumbarse, da igual la hora del día, sobre todo después de comer. También puedes acompañar esta parada comiendo y bebiendo algo. Si sigues estos pasos tu cuerpo te lo agradecerá y disfrutarás al máximo de la experiencia.

Junto con realizar descansos, se encuentra dormir bien por las noches. Si no dormimos las horas suficientes notaremos como nos faltan fuerzas al día siguiente. Recuerda que el descanso durante el Camino de Santiago es primordial para poder realizarlo con la energía necesaria que requiere.

Incluso si necesitas más descanso puedes pensar en descansar un día completo. Así podrás afrontar con más ganas los kilómetros que quedan hasta la meta. De hecho, lo ideal es descansar un día completo por semana.

Preparación física antes del Camino de Santiago

La preparación física antes de comenzar el Camino de Santiago desempeña un papel fundamental en la experiencia del peregrino. Antes de calzarse las botas y cargar la mochila es esencial dedicar tiempo a fortalecer el cuerpo para el desafío que supondrá el viaje. Comprender que el Camino de Santiago implica largas jornadas de caminata y desafíos físicos nos lleva a la primera etapa de esta preparación: el acondicionamiento físico. 

Realizar ejercicios específicos como caminatas regulares varios meses antes de comenzar el viaje, el entrenamiento de resistencia o ejercicios de flexibilidad, contribuirán significativamente a la capacidad del cuerpo para resistir la fatiga y prevenir lesiones. La constancia es un punto importante. Establecer una rutina de ejercicios gradual y adaptada a tu nivel de condición física te permitirá mejorar la resistencia cardiovascular y muscular, lo que será de gran ayuda en las colinas y senderos irregulares del Camino. 

Hidratarse en el Camino de Santiago

Hidratarse en el Camino de Santiago

Además, esta preparación no solo se traduce en un cuerpo más fuerte, sino también en una mayor confianza en tus habilidades físicas y una mente más preparada para los desafíos que te esperan en el Camino de Santiago, independientemente de la ruta escogida. 

Qué comer en el Camino de Santiago: Nutrición e hidratación

La adecuada nutrición e hidratación son dos pilares fundamentales para afrontar con éxito el Camino de Santiago. Antes de comenzar la travesía es esencial considerar cuidadosamente lo que consumes. Una dieta equilibrada que incluya carbohidratos, proteínas, grasas saludables, frutas y verduras proporcionará la energía necesaria para las largas jornadas de caminata. 

Además recuerda que es importante llevar bocadillos y alimentos energéticos de fácil digestión en la mochila para mantener niveles de energía estables durante el día. La hidratación constante es igualmente crucial. Las condiciones climáticas y el esfuerzo físico pueden llevar a la deshidratación rápida, por lo que es aconsejable llevar una botella de agua y beber regularmente. 

Considera también llevar una botella de bebida isotónica para reponer minerales perdidos por la transpiración. Mantenerse bien hidratado es esencial para evitar la fatiga y prevenir problemas de salud relacionados con la deshidratación. En definitiva, cuidar tu nutrición y mantener una hidratación adecuada te proporcionarán la energía y resistencia necesarias para disfrutar plenamente del Camino de Santiago. 

Cómo gestionar el ritmo y los descansos en el Camino de Santiago

La gestión del ritmo y los descansos son aspectos también a tener en cuenta para mantener un equilibrio durante el Camino de Santiago. A menudo la emoción inicial puede llevar a un ritmo de caminata demasiado rápido, lo que puede desembocar en un agotamiento rápido de la energía. Es aconsejable mantener un ritmo constante y cómodo, adaptado a tu capacidad física y evitar por lo tanto la fatiga prematura. 

Descanso en el Camino de Santiago

Descanso en el Camino de Santiago

Caminar a un paso adecuado te permitirá disfrutar del paisaje y mantener la resistencia a lo largo de la jornada. Los descansos regulares son igualmente importantes. Planificar paradas estratégicas para estirar las piernas, rehidratarse y recargar energías es esencial. Estos momentos de pausa permiten al cuerpo recuperarse y evitar la acumulación excesiva de fatiga. Además, durante estos descansos puedes aprovechar para disfrutar de la belleza del entorno, interactuar con otros peregrinos y tomar fotografías para crear recuerdos inolvidables. 

En resumen, la gestión adecuada del ritmo y los descansos proporciona un equilibrio necesario para que el Camino de Santiago sea una experiencia gratificante y agradable, y no una carrera contra el cansancio.

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