Monasterio de San Salvador (Lourenzá)

Monasterio de San Salvador en Lourenzá | Lourdes Cardenal Wikicommons

Lugo es la capital del Camino Primitivo en Galicia y una de las ciudades con mayor patrimonio cultural a lo largo del Camino de Santiago. No todos los días se puede caminar por encima de una muralla romana como la que rodea el casco histórico, ni tampoco ser testigos de algunos destinos interesantes de su alrededor como lo es el antiguo monasterio de San Salvador de Villanueva en la localidad de Lorenzana.

A pocos kilómetros de Mondoñedo y en el valle del río Masma, se encuentra un complejo arquitectónico que se ha ido adaptando a las diferentes modas constructivas sucedidas entre la España Medieval y el siglo XVII. Declarado monumento histórico-artístico en el año 1974, el Monasterio de San Salvador es sin lugar a dudas una de las construcciones más importantes y todo un referente del estilo barroco en Galicia.

En el interior se descubre el Pozo do Santo, cuyas aguas son “milagrosas y curativas”

Popularmente conocido como el conde santo, el principal fundador y patrón del monasterio fue el conde Osorio Gutiérrez. Este importante personaje de nobleza medieval, fue el responsable de ampliar y proteger el monasterio, dotándolo con tierras y otras posesiones gracias a la herencia recibida por parte de su padre Gutierre Osóriz y de su tío Nuño Osóriz. Siendo ya anciano, viajó como peregrino a Santiago de Compostela, donde según cuenta la leyenda, trajo consigo su propio sarcófago. Poco después de regresar del Camino, el conde falleció y fue enterrado en este emblemático lugar lucense. 

Dado que es un monumento que cuenta con una gran cantidad de siglos a sus espaldas, el Monasterio de San Salvador en Lourenzá ha pasado por diferentes etapas artísticas. Sin embargo, debido a la modificación más reciente, no se han dejado huellas de los anteriores estilos, ya sean románicas o góticas. Siendo el barroco el carácter que más destaca, en el interior de la iglesia se encuentra el Pozo Do Santo, una fuente cuyas aguas serían “milagrosas y curativas” para los peregrinos.