Pedro Antonio Peña, crítico con las malas obras del Camino de Santiago

Pedro Antonio Peña - RAMÓN LEIRO

En nuestra reciente charla con Pedro Antonio Peña, uno de los peregrinos más expertos del Camino de Santiago, con 57 compostelas selladas, ha habido tiempo para hablar de una de las polémicas que, en la actualidad, más está afectando a las rutas jacobeas. Las obras y adaptaciones en diferentes puntos del camino. Si bien algunas cumplen con la normativa y son realmente respetuosas con los trazados históricos, hemos conocido casos en los que claramente el legado histórico y patrimonial se ha destruido.

De hecho, Pedro Antonio considera que, en algunas situaciones, "Se lo están cargando", y pone como ejemplo casos concretos que conoce de primera mano:

En algún caso concreto, iban a hacer una refinería y pretendían cargarse calzada romana que era antiguo camino. En muchos sitios por Andalucía, sobre todo, debajo del asfalto hay calzadas romanas que eran antiguos caminos y han desaparecido. Y Fomento no ha hecho nada... Todo esto son barbaridades, y se están perdiendo los antiguos caminos. - Pedro Antonio Peña

Sin embargo, Pedro Antonio no está en contra de todas las obras y mejoras que las administraciones realizan en las rutas jacobeas, "siempre que sea recuperando cañadas reales, realengas, vías pecuarias... todo eso, perfecto, me parece muy bien".

A parte de las obras en los Caminos y las mejoras en muchas rutas, especialmente las más transitadas, Pedro Antonio también hecha de menos aquellos primeros años de peregrinaje, en donde el Camino estaba mucho menos masificado y la relación entre peregrinos y pueblerinos era mucho más cercana. "Esto se está perdiendo totalmente", nos confiesa este veterano caminante, quien recuerda una curiosa, aunque esclarecedora anécdota.

Puente la Reina

Haciendo la Vía de la Plata en el 95, la primera vez que la realizó, llegó a Venta Quemada y unos amables residentes le invitaron a pasar a su casa, le dieron de beber y de comer, incluso "me dieron un trozo de tortilla", recuerda Pedro Antonio. Sin embargo, 3 o 4 años más tarde, esas mismas personas, no le abrieron la puerta, pese a saber que efectivamente estaban en la vivienda. El motivo es simple, la cantidad de gente. Según Pedro Antonio, que más tarde pudo hablar con el propietario y recordarle quién era, este le dijo que a día de hoy 20 o 30 peregrinos al día le pedían agua o se metían sin permiso en su propiedad. El número de peregrinos se había multiplicado exponencialmente.

"Por la Vía de la Plata, cuando yo la empecé en el 95 y la terminé en el 96, por estadísticas que luego consulté, llegaron 50 peregrinos en un año", nos asegura Pedro Antonio, "ver a un peregrino era algo inesperado para la gente, y ellos te recibían y te acogían". El Camino era algo mucho más cercano a los habitantes de los diferentes pueblos:

La acogida, el trato que te daba la gente, los ayuntamientos que te acogían... Yo he dormido en escuelas viejas de pueblos de Extremadura, muchísimas veces. Y te invitaban: que si tómate esto, que si tómate lo otro; te invitaban a cenar en sus casas. - Pedro Antonio Peña

Y, pese a que todo esto se ha perdido, lo cierto es que Pedro Antonio continúa realizando el Camino por las grandes experiencias que este aporta, además de por los maravillosos pueblos y paisajes que podemos ver. De hecho, el hombre de las 57 compostelas no duda en recomendarnos uno de sus preferidos: "en la época del francés, a mi Puente la Reina me encantaba. Puente la Reina era llegar y era disfrutar de todo".