Catedral de Santander

Catedral de Santander - Xavier Estruch - Flickr

En la capital cantábrica se encuentra una catedral medieval de gran interés arquitectónico y turístico, ya que su aspecto exterior nada tiene que ver con las imponentes fachadas de otras iglesias de la península ibérica. Situada justo en el corazón de la ciudad y al lado del paseo de la Pereda, la catedral dedicada a Nuestra Señora de la Asunción es uno de los símbolos más atractivos de Santander y uno de los monumentos con una rica vertiente histórica.

La Catedral de Santander data de entre finales del siglo XII y el XIV. Se construyó sobre un antiguo monasterio y originariamente sirvió como abadía principal de la ciudad. La iglesia se levantó sobre un cerro rodeado de agua, por lo que gracias a sus insólitas condiciones estratégicas, se convirtió en uno de los enclaves más importantes de la capital durante muchos siglos medievales.

Se reconoció su valor arquitectónico declarándola monumento nacional

La catedral de Nuestra Señora de la Asunción engaña a todo el turista que la visita. A pesar de que su aspecto exterior puede parecer poco atractivo, una vez dentro se pueden observar impresionantes naves y disfrutar de un paseo por los espectaculares pasillos de la iglesia. Una de las razones principales por la que la apariencia de la fachada es tan sobria, se debe a la gran cantidad de reformas que ha sufrido desde principios de siglo de la Edad Media, así como un incendio que provocó una reconstrucción muy complicada.

En definitiva, la Catedral de Santander brinda  gran asombro tanto a turistas como a apasionados del arte. Su valor ha ido creciendo a pasos agigantados con el paso de los años, siendo a día de hoy una reliquia histórica nacional. Si nos introducimos entre los pasillos encontraremos una de las zonas más interesantes del complejo, la Iglesia Baja. También descubriremos la Iglesia Alta, la cual construye el templo y finalmente un bonito claustro de estilo gótico.