El Santo Sudario de Oviedo y el Camino de Santiago

Santo Sudario | Wikicommons. Autor: Reinhard Dietrich

Una reliquia cargada de misterio

El Santo Sudario de Oviedo, también llamado Sudarium Domini, es uno de los objetos religiosos más misteriosos y reverenciados del cristianismo. Motivos no faltan para ello, pues hablamos de un lienzo de lino que según cuenta la leyenda cubrió el rostro de Jesucristo tras la crucifixión, momentos antes de ser envuelto en la Sábana Santa de Turín. 

Custodiado a buen recaudo en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, parte de la importancia de esta reliquia radica en el vínculo directo con Jesucristo. Como suele ocurrir en estos casos, la trayectoria, origen y autenticidad del objeto son aspectos que siempre han estado cuestionados. Pero, ¿qué relación guardan el Santo Sudario y el Camino de Santiago? 

Puede parecer una conexión sin mucho sentido, pero lo cierto es que es el objeto quien une de manera única Oviedo con el peregrinaje. Como ya sabrás, el Camino de Santiago conduce a la tumba del apóstol Santiago de Compostela, pero mucho antes de concluir el viaje, el peregrino deberá de pasar por Oviedo y así conectar con nada más y nada menos que el Santo Sudario. 

La fascinante llegada del Santo Sudario a Oviedo

A medio camino entre la leyenda y una historia envuelta en la niebla del tiempo, así podríamos definir la llegada del Santo Sudario a Oviedo. Un recorrido que incluso a día de hoy sigue generando todo tipo de preguntas e incógnitas que no han podido ser respondidas por muchos de los expertos en la materia. 

Catedral El Salvador Oviedo | Wikicommons. Autor: Enric

Tenemos que remontarnos hasta el siglo VII para conocer el testimonio más antiguo referente al Santo Sudario. En un documento titulado Breviario de Jerusalén se narra la existencia de dicho objeto sagrado, y más concretamente cómo éste permanece guardado en un monasterio de San Marcos, en Jerusalén, al menos hasta el año 614 y en el que los persas invaden la ciudad. El Santo Sudario es trasladado al norte de África. 

En el siglo VII el Santo Sudario es trasladado al norte de la península ibérica para protegerlo de las conquistas islámicas. Además de esta reliquia, otras fueron también trasladadas hasta Asturias por el obispo de Toledo, San Ildefonso. Ya en Asturias, es el rey Alfonso II el Casto quien ordena depositar las reliquias en la Cámara Santa de la Catedral de San Salvador de Oviedo. 

Este momento y uno de los más cruciales para la historia del cristianismo terminaría convirtiéndose también en uno de los más importantes para la peregrinación, haciendo del Camino de Santiago un viaje aún más importante si cabe. 

La importancia de la Catedral de Oviedo para el Camino de Santiago

La Catedral de Oviedo es uno de los lugares más importantes del Camino de Santiago. Además de por la historia mencionada anteriormente y en la que se hablamos de una construcción que se encarga de dar cobijo a nada más y nada menos que el Santo Sudario, la Catedral de Oviedo también guarda una importancia capital por ser el punto de partida para el peregrinaje de Alfonso II el Casto. 

El monarca partió desde la Catedral de Oviedo para emprender su viaje hasta Santiago de Compostela para así rendir culto a los restos del apóstol Santiago. Este viaje está considerado como el primero realizado en el Camino de Santiago, una primera peregrinación y que siglos más tarde daría lugar a lo que hoy se conoce como Camino Primitivo. 

Camino de Santiago | Envato

“Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y no al señor”. Una expresión que seguramente hayas escuchado alguna vez y está relacionada directamente con la Catedral de Oviedo y por supuesto el denominado Camino El Salvador. En caso de que te lo estés preguntando, esta ruta nace en la Edad Media, a la par y muy cerca del Camino Francés, siendo la excusa perfecta para los peregrinos de visitar la Catedral de Oviedo. 

Aprovechando el desvío del Camino Francés, el peregrino se puede encontrar en el Camino El Salvador una experiencia mucho más introspectiva gracias a unos caminos menos transitados; a la vez que unos paisajes de una grandísima belleza natural. Este desvío era algo habitual para llegar a Oviedo y echar un vistazo en primera persona a la reliquia cristiana, para más adelante seguir el rumbo hacia Santiago de Compostela.