Silleda

Silleda ©Panoramio / génessis

Silleda no cuenta con un amplio apartado patrimonial. Aún así, un paseo por sus calles, plazas y parques permitirá al peregrino conocer alguno de los monumentos dedicados a personas ilustres (D. Alfredo Ramos y D. Vidal Ferreiro), o, por ejemplo, a la emigración. Este grupo escultórico, de Fernando García Blanco, está formado por tres figuras humanas. Dos de ellas, sedentes, rodean a una tercera figura, un desnudo femenino tallado en piedra.

En Silleda, uno de los lugares de referencia es la iglesia de Santa Eulalia, levantada en el año 1845. De fábrica de sillería, su aspecto es sobrio y elegante. Visita al monasterio de Carboeiro y a la Fervenza do Toxa En las inmediaciones de Silleda los peregrinos podrán visitar dos monumentos que concentran gran cantidad de romeros. Uno de ellos es el santuario de la Saleta, situado en la parroquia de Siador, el primer santuario de España con devoción a Nuestra Señora de la Saleta.

El otro, de más renombre, son las ruinas del monasterio de Carboeiro, uno de los monumentos más característicos del arte medieval gallega. A él también se puede acceder desde Bandeira, otra de las localidad atravesadas por la ruta jacobea. Se trata de un cenobio benedictino que se yergue en uno bello paraje a orillas del río Deza. 

Su iglesia constituye uno de los mejores exponentes del románico ojival en Galicia. Fundado en el año 936 por orden de los condes de Deza, fue construido encima de una antigua ermita por los discípulos del maestro Mateo, artífice del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago. Como curiosidad destacar que, por su situación, se tuvo que edificar una enorme cripta de pilares de gran resistencia que permitiese salvar el desnivel de un acantilado. 

Silleda ©Panoramio / edmarz

El recinto sufrió diversos avatares a lo largo de su larga historia. En el 997 el monasterio fue arrasado por Almanzor, siendo reconstruido dos años más tarde a instancias del arzobispo de Santiago. A partir de su época de mayor esplendor (de los siglos XI al XIII) el cenobio fue sufriendo un lento declive hasta que ya en el siglo XIX tuvo lugar la desamortización de Mendizabal. Tras años de abandono y expolio, el conjunto ha sido en las últimas décadas de diversas restauraciones y hoy en día es destino de miles de visitantes.

En él destaca una de las arquivoltas de la puerta principal, en donde están tallados los veinticuatro ancianos del Apocalipsis. Desde Carboeiro parte una ruta que conecta con otro de los lugares de mayor interés de la comarca, la Fervenza do Toxa. Ubicada en el lugar de Pazos, cerca de Merza, los caminantes podrán contemplar en el paraje una espectacular cascada del río Toxa con 60 metros de caída. La cascada, la más conocida de Galicia junto a la de O Ézaro (en Dumbría), se rodea de un espectacular bosque de ribera que permite excelentes excursiones junto al cauce del río, en el que aparecen otros saltos menores.