Triacastela

Triacastela ©Panoramio Carlos Sieiro del Nido

El principal monumento de Triacastela es su iglesia barroca, aunque de origen románico (se conserva la planta casi en su totalidad, construida con materiales característicos de la tierra, como la losa). De la fachada destaca la torre, en la que lucen tres castillos que pretenden justificar la toponimia de la villa. Ya en el interior, el Apóstol Santiago montado a caballo preside el retablo mayor. Otro de los sitios más fotografiados en Triacastela es su monumento al Peregrino, que se levanta al lado del albergue público. Una pequeña figura corona un conjunto de piedras como recuerdo de los romeros medievales, que tal y como cuentan las crónicas, cargaban en su zurrón con una piedra de cal desde estos parajes para contribuir a levantar la fachada de la Catedral de Santiago.

Los grabados y pinturas descubiertos por un equipo de la USC en el 2012 en las excavaciones de la Cova Eirós tienen un gran interés por ser las primeras muestras de arte rupestre del Paleolítico halladas en el noroeste de la península. De momento, solo se admite el acceso a arqueólogos. Pero sin duda, uno de los mayores atractivos de este sitio es disfrutar de su salvaje y verde entorno, repleto de magníficos ejemplares de vegetación autóctona, como tendrá posibilidad de comprobar el peregrino durante su marcha hacia Sarria.

Triacastela y su privilegiado entorno, no hace mucho, se convirtieron en uno de los sitios de referencia para los amantes del parapente. Tiene unas condiciones excelentes para la práctica de este deporte. Sin embargo, a lo largo de los últimos años ha ido desaparaciendo hasta convertirse en testimonial. Vecinos de la zona apuntan a dos factores: la línea de alta tensión y la falta de inversión por parte de la administración local.