Lugo

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Lugo tiene un gran patrimonio histórico. No se puede digerir en una tarde. Ni en un par de jornadas. Toca elegir. La primera opción no admite dudas: la muralla romana sobresale sobre el resto de monumentos. Y es el principal reclamo turístico de la ciudad. Por sí sola justifica una visita. Por las vistas panorámicas que ofrece y por la experiencia de caminar sobre ella: es el gran paseo de Lugo. Fueron los romanos los que dieron a Lugo la infraestructura que ha determinado su historia. La muralla fue edificada hacia el año 270 después de Cristo y es uno de los grandes estandartes de la colonización de España por el antiguo imperio. La muralla mide 2.140 metros de perímetro. Sus piedras milenarias han resistido el paso del tiempo sin perder su encanto ni su carácter monumental, aunque no se conservan intactas. Faltan algunos trozos de los cubos o torres que jalonan el recorrido. Y un tramo no sigue el trazado original. Fue construido en el siglo XIX, durante las guerras carlistas.

Estas no fueron los únicos conflictos bélicos en los que jugaron un papel decisivo. También ejércitos musulmanes o napoleónicos se toparon con esta poderosa infraestructura a lo largo de la historia. Lugo desborda hoy a un recinto romano que ha sufrido numerosas reconstrucciones y rehabilitaciones con el paso del tiempo, pero que mantiene su esencia. Es de planta cuadrangular, con las esquinas redondeadas. Sus muros miden -de media- unos 12 metros de altura. Y unos 4 y medio de ancho. Se conservan 71 cubos o torres.

La extensión que rodean sus piedras -pizarra en su mayoría, algunas zonas de granito- mide 28 hectáreas. Las puertas del Primitivo El Primitivo entra en la bimilenaria Lugo y atraviesa su muralla por la Porta de San Pedro. Su existencia está documentada desde el siglo XII, pero su origen puede ser romano. El rostro que hoy muestra al peregrino se debe a la rehabilitación realizada en 1781. El Camino más antiguo de todos los que van a Santiago sale de Lugo por la Porta Miñá, también la más antigua de la muralla.

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Su entorno fue rehabilitado en la primavera del 2013. También se llama Porta do Carme por la capilla construida en las proximidades, ya fuera de la muralla. La catedral de Santa María Todos los peregrinos paraban antiguamente a rezar en la catedral de Lugo, un edificio románico  consagrado a Santa María que sufrió modificaciones en tiempos del barroco -que dejó mucha huella en la ciudad, por ejemplo, con el palacio que alberga la Casa do Concello, en la Praza Maior- y el neoclásico.

Ya sea para rezar -la gran reliquia de esta seo es el Santísimo Sacramento, expuesto permanentemente- o para admirar su belleza monumental, hoy los que transitan el Primitivo también tienen una parada obligada en este templo, cuya construcción comenzó en 1129 y tomó forma de planta de cruz latina con tres naves. Su girola y las capillas situadas detrás del altar mayor son de estilo gótico.

Fueron construidas en el siglo XIV. Hay dos retablos de estilo renacentista, obra del escultor Cornielles de Holanda, en los extremos del crucero. No hay que pagar para entrar en la catedral de Santa María, una de las sedes episcopales más antiguas de España, que fue saqueada por las tropas napoleónicas en la Guerra de la Independencia y que cuenta con una capilla dedicada a San Froilán, patrón de Lugo.

El Museo Provincial En el antiguo convento de San Francisco se encuentra el Museo Provincial de Lugo. Este inmueble, junto a otro construido con estética de pazo galego en 1957, contiene gran cantidad de objetos relacionados con la historia local. Destacan las piezas de orfebrería, las de cerámica de Sargadelos y mosaícos romanos del siglo III. La huella del imperio en Lugo es profunda.

Y se deja notar cada vez que se realiza una excavación en el casco histórico. Centro de Interpretación do Camiño Más allá de toda la visita patrimonial, Lugo cuenta desde el 2009 con el Centro de Interpretación do Camiño de Santiago, un espacio cultural situado en el corazón del centro histórico, en la Rúa Miño, y que es de titularidad autonómica. El centro ofrece un interesante recorrido por mapas, paneles, imágenes, textos y todo tipo de objetos de la Edad Media relacionados con el enclave y recuerda su clara vinculación jacobea.

También informa sobre algunos de los peregrinos «destacados» que se alojaron en Lugo durante su ruta hacia o de vuelta a Compostela para ver «con sus propios ojos» la tumba del apóstol Santiago, como pueden ser los Reyes Católicos en 1486, San Vicente Ferrer en 1412, la reina Mariana de Neoburgo en 1690 o Alfonso XI en 1345.