Mansilla de las Mulas

Mansilla de las Mulas ©Panoramio asanloj

Los peregrinos que llegan a Mansilla por el Real Camino Francés (no por la Vía Trajana) acceden al núcleo monumental a través de una de las cuatro puertas que tenía la antigua muralla. Se trata de la puerta del Castillo, situada al sureste y de la que aún se conservan sus paredes laterales. Las murallas, la mejor obra de fortificación medieval de la provincia de León, datan del siglo XII, época en la que Fernando II repobló la villa. Cada cuarenta metros tenía unas torres albarranas que comunicaban con un muro anterior, hoy desaparecido. De las murallas se conservan amplios fragmentos de tapial y varios torreones almenados.

Junto a la Puerta del Castillo se ubica un monumento al peregrino, levantado en el lugar por ser Mansilla nudo de caminos. Tras realizar un quiebro, el itinerario jacobeo prosigue poco después por la calle La Tenada y ya se aproxima a uno de los principales monumentos del núcleo, la iglesia parroquial de Santa María (siglo XVIII), el primer templo que existió en Mansilla hasta 1220, año en que surgieron otras cinco iglesias que fueron desapareciendo en siglos posteriores. 

El edificio actual es del siglo XVIII, construido sobre el anterior. De la misma época es el retablo de su altar mayor, de estilo barroco. El itinerario llega entonces a la plaza del Pozo, donde se junta con la variante que procedía de la Vía Trajana y que hizo su entrada en el enclave histórico por la puerta de la Concepción, también conocida como de Santa María, la puerta de la muralla que se conserva en mejor estado. Realizada en sillería, cuenta con un arco apuntado que se conserva casi completo.

Ya unidas ambas variantes, los caminantes se asoman a la plaza del Pozo, donde se ubica el ayuntamiento y varias casas con soportales. Esta arquitectura típica también se repite en la plaza del Grano y en la plaza de la Leña.

Acto seguido los viajeros enfilan hacia la salida del enclave. A mano derecha dejan la Casa de Cultura San Martín (del siglo XIII), sede de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Mansilla, y a mano izquierda el convento de San Agustín, que llegó a ser en la Edad Media un centro cultural de primer orden con cátedras de Gramática y Latín y con un archivo y biblioteca muy importante, que fue arrasado en 1808 por los franceses.

En sus cornisas se aprecian escudos, conchas y la Cruz de Santiago, síntomas de la importancia que llegó a tener el lugar como centro de acogida de caminantes. En la actualidad es sede de un museo etnográfico con más de 3.000 piezas.

Un monumento que queda extramuros pero que es muy visitado es el santuario de la Virgen de Gracia, templo que alberga la imagen de la patrona de Mansilla, venerada en la zona. Se construyó en 1220 y se cerró al culto en 1787. En el siglo XV se hallaba escoltado por un Hospital de San Lázaro que acogía a peregrinos.

Mansilla de las Mulas ©Panoramio José Carminatti

Los romeros se despiden de Mansilla por el puente sobre el río Esla, una obra medieval del siglo XII restaurada en 1573. Está formado por ocho bóvedas de cañón y tiene una longitud de 141 metros. Para quienes quieran tener una gran perspectiva sobre este río, antes de cruzar deben desviarse a la derecha, hacia El Postigo, una puerta trasera de la muralla de reducido tamaño, desde donde se puede contemplar un gran paisaje.

Todos aquellos peregrinos que lleguen a una hora temprana a Mansilla y quieran aprovechar la tarde para ver algo en el entorno tienen dos posibles visitas culturales que pueden resultarles idóneas. Pero, eso sí, debido a la distancia lo más aconsejable, salvo para los ciclistas, es que se trasladen en taxi.  

Una de ellas es la del monasterio cisterciense de Santa María de Sandoval, próximo a la confluencia de los ríos Esla y Porma y cuya construcción se inició en el siglo XII. Conserva elementos de los estilos románico, gótico y mozárabe y un gran claustro central en uno de cuyos lados se ubica la iglesia. Lo que queda del conjunto es visitable, aunque habrá que pedir la llave a la señora Munda, que vive en sus proximidades.

La visita más recomendada es, sin embargo, la del monasterio de San Miguel de la Escalada, situado a más de 12,5 kilómetros de Mansilla. Fundado a finales del siglo IX, es de estilo mozárabe, construido sobre una iglesia visigoda y con un pórtico con doce arcos de herradura. La puerta, que se abre en el extremo oriental de la galería, da paso a la capilla de San Fructuoso, de arco de medio punto.