Muxía

Muxía ©Panoramio Enrique Fernandez Marcote

La tranquilidad de esta villa costera, situada en pleno corazón de la Costa da Morte, tan solo se ve alterada por la bravura del mar y por los temporales que azotan con fuerza a esta parte del litoral gallego. La zona, de abruptos acantilados, ha sido testigo de numerosos naufragios y tragedias marítimas a lo largo de su historia. De hecho, en el 2002 Muxía fue una de las localidades que resultó más afectada por el vertido del petrolero Prestige, hundido frente a la costa gallega.

Aún con esta herencia latente, Muxía se ha convertido en un importante foco de veraneo y en una de las metas más destacadas de peregrinación. El principal hito turístico es el santuario de A Nosa Señora da Barca, un auténtico monumento de piedra abierto al mar. Al igual que Fisterra, se ha convertido en una meta desde la que los peregrinos ansían ver caer el día y disfrutar sobre las rocas del atardecer. El templo se ha visto, sin embargo, asolado durante la Navidad del 2013 por un incendio provocado por un rayo, que destruyó la cubierta y el interior del magnífico santuario.

El origen del majestuoso templo, que se asoma sobre el mar, se pierde en los siglos. Se cree que una inicial iglesia debió existir en el lugar en el siglo XI aunque las primeras referencias a la actual basílica se remontan al siglo XVI. De planta de cruz latina, su estilo es barroco. En el santuario mariano un punto de referencia eran sus retablos. El terrible fuego del 2013 destrozó la principal joya escultórica del santuario, el retablo barroco del altar mayor, del año 1717.

La casa rectoral que hay junto a la iglesia y el campanario independiente datan del siglo XIX. Desde la Edad Media este lugar se convirtió en destino emblemático para muchos de los peregrinos que llegados a Santiago proseguían rumbo hacia el considerado «fin de la tierra». Su significación jacobea se remonta también a esos siglos, cuando se extendió la creencia de que la Virgen María había acudido al lugar en una barca de piedra para dar ánimos al Apóstol Santiago en su predicación por el noroeste de la Península, un hecho que vincula al santuario con la Virgen del Pilar de Zaragoza.

En septiembre este lugar acoge la romería de A Barca, una de las más famosas y multitudinarias de Galicia. Hasta este rincón costero acuden fieles deseosos de adorar a la Virgen y comprobar las virtudes que se le atribuyen a las piedras del lugar, como curaciones milagrosas y deseos realizados. Enfrente del templo, se conservan varias piedras simbólicas, situadas en medio de un roquedal batido por las olas. Entre ellas la más conocida es la piedra de Abalar, que para la tradición cristiana es la barca en la que la llegó la Virgen a Muxía. Sus prodigios se relacionan con la fertilidad.

Muxía ©Panoramio Rosaflor G.

Este conjunto también se ha visto dañado por un temporal a inicios del 2014. Cerca de ella se sitúa A Vela, también conocida como Pedra dos Cadrís, que sería la vela petrificada de la divina embarcación. Los fieles deben pasar nueve veces bajo su superficie para curar lumbalgias. Próxima también está O Timón, la tercera pieza conservada en piedra de la lancha de la Virgen. Garantiza la fertilidad a las mujeres. Más próximo al centro de Muxía se ubica la iglesia de Santa María, un hermoso y pequeño templo situado sobre unas rocas al amparo del Monte Corpiño. Con orígenes en el siglo XIII y trazos góticos y del románico de transición, dispone de un campanario situado fuera del templo.

Desde su interior se accede a la capilla del Rosario, de finales del siglo XIV y estilo gótico. Casi enfrente de este templo, pero más cerca del litoral, los peregrinos pueden contemplar otro de los grandes atractivos del núcleo, de gran singularidad. Se trata de los secaderos de congrio, herederos de una tradición centenaria y los únicos que quedan en funcionamiento. De las cinco instalaciones que llegó a haber en la localidad solo quedan dos, una que mantiene el proceso de curación artesanal y otra ya inactiva que a no muy largo plazo podría convertirse en un centro de interpretación para que los visitantes puedan conocer todo el proceso, incluso aprender la técnica, y, por supuesto, cocinar y probar el sabroso pescado. 

Aunque las referencias más antiguas a la exportación de congrio curado de los secaderos de Muxía y de otros puertos de la Costa da Morte datan del siglo XVII, hay investigadores que aseguran que en el siglo XVII ya era importante la pesquería del congrio y que de ese siglo proceden las técnicas de salazón y secado que se utilizaban para poder atender la demanda de las localidades del interior. Hoy en día el mayor consumidor del congrio secado en esta localidad es Calatayud (Zaragoza). 

El congrio seco suele prepararse en potaje de garbanzos. Celebraciones Muxía es conocida por la romería que acoge en el segundo fin de semana de septiembre (excepto cuando este segundo domingo es el día ocho, que entonces pasa al siguiente) y que conduce a miles de romeros hasta el santuario de A Virxe da Barca y junto a la Piedra de Abalar. Desde hace siglos, este enclave de peregrinación mariana es tomado durante esos días por decenas de miles de personas. Unos, para disfrutar de la juerga y las verbenas que duran hasta el alba, y otros, para cumplir con los ritos religiosos.

La antigüedad de la celebración parece que va unida a la fecha de fundación de la primera capilla (hacia el siglo XII). Muchos acuden al santuario a abalar la Piedra de Abalar y a pasar por debajo de la Piedra dos Cadrís, de las cuales se piensa que tienen propiedades curativas.