Nájera

Etapa 8 Camino Francés (Logroño-Nájera)

Tras un largo itinerario urbano, los peregrinos se aproximan al centro monumental de Nájera a través de la avenida de Logroño y de la calle San Fernando. Tras recorrer unos metros por esta vía, dejan a mano derecha, aún en la zona de extramuros, el convento de Santa Elena, fundado por la hija de los duques de Nájera a mediados del siglo XVI. Lo que se conserva en la actualidad es una iglesia, un claustro y otras dependencias monásticas. Del complejo tan solo se puede visitar la iglesia (siglo XVII), que en su interior guarda retablos de gran belleza. Una reja de hierro forjado separa esta zona abierta al público de las habitadas en clausura de una comunidad de clarisas.

Ya en las proximidades del río Najerilla el caminante deja también hacia la derecha la antigua puerta de la Huerta y se sitúa en una zona donde hallará gran parte de los alojamientos y servicios que le pueden resultar útiles, como la estación de autobuses. Acto seguido ya atraviesa ese río de cíclicas riadas a través del puente de San Juan de Ortega, infraestructura que recibe el nombre de una de las personalidades más relacionadas con la vía, al ser el que impulsó un puente anterior.

Contemporáneo de Santo Domingo de la Calzada o de san Lesmes, este santo promovió hospitales para peregrinos y acondicionó el trazado para que los caminantes no se encontrasen con barreras naturales. Partiendo de un puente anterior, San Juan de Ortega lo remodeló en el siglo XII. Las reconstrucciones continuaron con el paso de los años hasta 1866, cuando se construyó el puente actual.

Al otro lado del puente, el itinerario prosigue por la plaza de la Estella, donde se sitúa una de las puertas conservadas de la antigua muralla, y por las calles Carmen y San Miguel. Es ahí donde se sitúa la oficina de información turística. Si los romeros se desvían hacia la izquierda desde el camino oficial llegan a la iglesia de Santa Cruz, templo construido en el siglo XI en piedra sillar. Alberga las reliquias de diversos santos, como san Prudencio, y cuadros procedentes de Santa María la Real. De lunes a sábado tiene lugar a las 20.00 horas una misa para los peregrinos.

De vuelta al camino oficial se avanza hacia la plaza de Santa María y hacia la calle Don García, donde se ubica el Museo Najerillense, un recinto que cuenta con piezas de arqueología, arte y etnografía procedentes de distintos siglos que dan fe de los trabajos y formas de vivir tradicionales de la comarca del Najerilla.

Visitas: de martes a sábado de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas y los domingos y festivos, de 11.00 a 14.00 horas.

A mano derecha se alza majestuoso el principal monumento de la localidad, el monasterio de Santa María la Real, mandado construir en 1052 por el rey don García Sánchez para ser sede episcopal y para que sirviera como panteón real para los miembros de su dinastía. Su imagen exterior, de cierta austeridad y casi de fortaleza militar, contrasta con las joyas que conserva en su interior.

Cuenta la leyenda que el monarca, estando de caza, soltó su halcón en persecución de una perdiz. Perdidas ambas aves, el rey se internó entre unos árboles en su búsqueda y se encontró con una cueva de la que salía un gran resplandor. En su interior localizó a su presa y una misteriosa imagen de la Virgen con el niño, así como un jarrón de azucenas, una campana y una lámpara.

Tras conquistar la localidad de Calahorra a los musulmanes, el rey mandó construir el monasterio como una ofrenda a la Virgen que le había ayudado en este caso.  En 1079 Alfonso VI incorpora el monasterio a la orden benedictina de Cluny y ocho siglos después, desde 1895, es una comunidad de frailes franciscanos la que rige el monasterio. El conjunto conserva poco de sus primeras trazas, tan solo la cueva primitiva en la que la leyenda sitúa la aparición de la Virgen y algunas piezas escultóricas. La actual iglesia, que data de 1516, consta de tres naves.

A los pies de una de ellas se conserva la mencionada cueva excavada en la montaña. En la entrada del templo se encuentra, además, el panteón real, con doce sepulturas de reyes y príncipes pamploneses, castellanos y leoneses, en el que destaca el sepulcro de doña Blanca de Navarra, una joya románica del siglo XII. Como otros puntos fuertes del conjunto también sobresalen el coro de principios del siglo XVI, con sillería tallada en madera de nogal, y el claustro de los Caballeros, lugar de enterramiento de muchos nobles donde se sitúa, por ejemplo, el sobrecogedor mausoleo de Diego López de Haro.

El monasterio fue utilizado a lo largo del tiempo como cuartel de infantería, teatro, almacén o depósito de obras públicas. En 1889 fue declarado monumento nacional.

Visitas:  de martes a sábado de 10.00 a 13.00 y de 16.00 a 19.00 horas y los domingos y festivos de 10.00 a 12.30 y de 16.00 a 18.00 horas.

Tras esta destacada visita, el laberíntico itinerario urbano prosigue por la plaza Navarra, que se atraviesa, la calle Cantarranas, la plaza del Mercado (la plaza de Santiago y uno de los albergues se dejan a mano izquierda), la travesía San Jaime, la calle San Jaime y la Costanilla, por la que se enfila hacia la salida del núcleo. A mano izquierda y, en lo alto, quedan los vestigios del antiguo complejo defensivo medieval. El situado más en lo alto, en la cumbre del cerro que lleva su nombre, es el castillo de la Mota, una fortificación de origen musulmán que cumplió un destacado papel militar hasta el siglo XVI y en la que aún se aprecia con claridad el foso y el muro situado sobre él.

A media ladera, entre el castillo y el casco urbano, se sitúa el Alcázar, que sirvió como defensa, residencia real y palacio ducal. En los cantiles de los cerros que protegen la localidad se divisan, por su parte, numerosas cuevas artificiales excavadas en la roca, que forman parte de un conjunto más amplio que flanquea el río Najerilla.

Lugares inaccesibles, fueron utilizados como rincones defensivos hasta los siglos X o XI. No se pueden visitar.

Visitas recomendadas en el entorno

Desde Nájera uno de los desplazamientos más recomendados es ir hasta San Millán de la Cogolla, cuna de la lengua castellana. Una variante de la ruta jacobea permitirá llegar hasta allí en la siguiente jornada aunque para ello se deberán sumar casi 30 kilómetros al recorrido. Por ello, muchos romeros aprovechan su estancia en Nájera para acercarse hasta ese conjunto, cuyos célebres e impresionantes monasterios de Suso y Yuso fueron declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Su historia se remonta al siglo V, cuando San Millán, un monje anacoreta, se asentó en una cueva y atrajo con su fama a una selecta comunidad de monjes que se instalaron a su alrededor. En La Rioja estos centros surgidos a partir de las comunidades formadas junto a eremitas se convirtieron en importantes focos de cultura. Prueba de ello es que, en el monasterio de Suso, esos monjes copistas crearon una gran colección de códices y manuscritos. Allí fue, además, donde en el año 964 un monje escribió las primeras palabras en romance hispano, las glosas emilianenses del Códice 46, con las que se inicia el castellano escrito. También hizo anotaciones en vascuence, en el Códice 60.

Nájera

La biblioteca y archivo del monasterio de Yuso conserva cerca de 10.000 volúmenes. En la portada del recinto aparece representado san Millán cabalgando sobre los cuerpos de dos soldados musulmanes. Esto se deriva de una leyenda que sitúa al eremita riojano luchando junto a Santiago en la batalla de Simancas, convirtiéndose en defensor de Navarra y Castilla frente al islam. La opción más económica para llegar hasta allí sería la de desplazarse desde Nájera en autobús.

Otra posibilidad es aproximarse hasta San Millán en bicicleta. 

Es necesario tener en cuenta que los lunes ambos monasterios permanecen cerrados. El de Yuso abre el resto de los días de 10.00 a 13.30 horas y de 16.00 a 18.30 horas. Las entradas (de hasta 5 euros) se adquieren en la portería del monasterio. Para visitar el otro monasterio, el de Suso, es obligatorio realizar reserva previa.  Del aparcamiento del monasterio de Yuso parte cada media hora un microbús con destino al de Suso, distante un kilómetro, ya que el acceso a los vehículos particulares está prohibido. Los horarios de visita son, en este caso, de 9.30 a 13.30 y de 15.30 a 18.00 horas. Durante julio y agosto, también se programan visitas nocturnas al monasterio de Yuso.

Más información: http://www.monasteriodesanmillan.com/ 
En San Millán hay distintos establecimientos hosteleros donde los caminantes podrán comer o reposar.