Pamplona

Pamplona - Bar Xante ©Panoramio Malko

Una oferta de grandísima gastronomía

Por norma general, los precios de Pamplona son algo superiores a los de otras grandes localidades camineras. La oferta es extraordinaria y los productos navarros son de calidad excepcional. Es complicado topar con algún local que intente dar gato por liebre. Y, como en cualquier gran ciudad, aunque la noche anterior haya sido larga, sus cafeteras comienzan a sonar desde primera hora del día. En pleno casco viejo, los que tengan la suerte de visitar Pamplona en semana de fiestas, podrán probar los churros exquisitos elaborados a la vieja usanza; vale la pena esperar la cola.

Pamplona, como capital de Navarra, cuenta con la mejor representación de los productos de la tierra. Las pochas de Sangüesa, el gorrín asado (se frota el cochinillo con ajo en crudo para luego introducirlo en un horno bien caliente), los pimientos del piquillo (solos o rellenos) llegados de las riberas del Ebro y el Ega, los espárragos de Mendavia o la chistorra. Para acompañar, nada mejor que un buen vino de Olite. En la sobremesa, tortas de txantxigorri (chicharrones), roscos bendecidos por san Blas, quesos del Roncal, cuajada, leche frita y un largo etcétera. Para no sentirse como un forastero es indispensable poner punto final a la comida compartiendo una botella de pacharán, licor obtenido de la maceración de la endrina.

La oferta de locales en los que disfrutar de la gastronomía navarra -comunidad conocida como el reyno de la buena mesa- es amplia y variada. Cabe la posibilidad de buscar un menú peregrino, comer a la carta o picotear saltando de barra en barra. Encontraremos menús del peregrino, aunque los presupuestos con más posibilidades tienen una excelente oportunidad para disfrutar de la buena mesa. La cocina tradicional es mayoritaria, aunque algunos restaurantes están rompiendo barreras. Una buena opción es salir de pinchos; una bebida y una par de tapas en cada bar y se dejará al estómago agradecido.