Puente de Bermaña en Caldas de Reis

Puente de Bermaña, imagen de Wikimedia Commons

Caldas de Reis es un importante punto de paso en el Camino Portugués. Ahí termina la etapa que comienza en Pontevedra, y al llegar los peregrinos pueden sumergir sus pies en las aguas termales. Ojo, no todas las aguas de Caldas son termales. El río Bermaña, que cruza la población, tiene el agua a la temperatura normal de un río. Mucho mejor que meter los pies en él, es cruzarlo a través del puente de Bermaña. 

La herencia romana de Caldas de Reis

Caldas de Reis tiene una innegable reminiscencia de la época romana, que ocupó este territorio durante siglos. Parte del legado que se conserva a día de hoy es de carácter arquitectónico, y son varios puentes que atraviesan la localidad. El puente de entrada a Caldas es el más grande y cruza el río Umia, pero no por ello debe pasar desapercibido el puente Bermaña.

Este puente romano lleva el nombre del río que cruza. Consta de tres arcos de medio punto y aún conserva restos del antiguo pavimento. El resto de la calzada y la sillería superior son de época moderna. En uno de sus laterales se conserva un crucero, de época medieval. Son cientos los peregrinos que lo han cruzado para continuar su camino hasta Santiago. 

Se trata de un puente pequeño, pero igualmente es un símbolo emblemático de Caldas de Reis y merece la pena la visita. Antes de ser un punto de paso en el Camino de Santiago, fue parte del Itinerario de Antonino, relacionado con el emperador romano Caracalla.