Estella

Estella - Santuario de Codés

Los caminantes contemplarán a través del recorrido urbano de la vía jacobea la mayor parte de los monumentos que guarda Estella. Y es que ya en el siglo XII, y ante el auge económico del enclave y de la ruta, se levantaron a ambos lados de su calle camino distintos edificios religiosos. La vía entra en la localidad dejando a mano izquierda las antiguas murallas del enclave y la conocida como judería nueva. Tras acceder a la calle Curtidores, de origen medieval, y recorrer unos metros se deja al pie de la ruta la iglesia del Santo Sepulcro, comenzada a finales del siglo XII y en la que destaca su portada del XIV. Junto a ella aparece la figura de Santiago.  

Unos metros más adelante hacia la derecha se levanta el conocido como puente de la Cárcel, construido en 1973. El primitivo románico fue volado por los liberales en 1873, durante la tercera guerra carlista, durante la que se bloqueó la ciudad. Las guerras carlistas fueron tres enfrentamientos civiles que tuvieron lugar en España en el siglo XIX entre los carlistas (absolutistas), partidarios para el trono de Carlos María Isidro de Borbón y sus descendientes -una rama alternativa de la dinastía de los Borbones-, y los liberales, partidarios de Isabel II de España. La tercera guerra carlista se desarrolló entre 1872 y 1876. Casi enfrente del puente, y a través de un paso bajo un túnel, el romero se sitúa en la calle Santa María por la que se accede al barrio de Elgacena, donde se cree que tuvo su sede la antigua judería, la tercera más importante del antiguo Reino de Navarra tras las aljamas de Tudela y Pamplona.

A mano izquierda se alza imponente el antiguo convento de Santo Domingo, con iglesia de estilo gótico inicial fundada por Teobaldo II en 1259. En la actualidad es residencia de ancianos y no se puede visitar. Un poco más elevada se localiza la iglesia de Santa María de Jus del Castillo (llamada así por la posición que ocupaba al pie de la fortaleza de Belmecher), edificada a finales del siglo XII sobre el solar de una primitiva sinagoga. Con ábside románico y fachada barroca, en su interior alberga en la actualidad el Centro de Interpretación del Románico y del Camino de Santiago, en el que, justo a otros paneles, se expone diverso material gráfico y maquetas que ayudan a interpretar estos dos protagonistas del medievo y a conocer el rico patrimonio del antiguo Reino de Navarra. El recinto abre desde Semana Santa hasta el 30 de septiembre de martes a sábados y los domingos.

De vuelta a la propia vía jacobea, el caminante ya enfila el trazado de la antigua Rúa de los peregrinos, donde encontrará diversos arcos góticos que daban acceso a tiendas y hospederías abiertas a la orilla del camino. A pocos metros, y a mano derecha, se ubica en el interior del antiguo palacio del Gobernador (construido a principios del siglo XVII) el Museo del Carlismo, recinto que busca la recuperación patrimonial, la investigación y la difusión con criterios científicos de este movimiento político. Se sobrepasa acto seguido la Casa de Cultura Fray Diego de Estella, palacio plateresco construido en el siglo XVI, y ya se llega al auténtico centro monumental. A mano derecha, en la plaza de San Martín, se encuentra la bella fuente de los Chorros, renacentista del siglo XVI, conocida también popularmente como fuente de la Mona, y en uno de sus extremos, el palacio de los Reyes de Navarra, único ejemplo de arquitectura civil románica de la comunidad foral.

En un capitel de la columna de la izquierda de su fachada porticada se recuerda el combate legendario que tuvo lugar entre el caballero francés Roldán y el gigante islámico Ferragut (relatado en el itinerario Logroño-Nájera del Camino Francés). En la actualidad el palacio es sede del Museo Gustavo de Maeztu, recinto que alberga el legado plástico y gráfico del artista afincado en Estella. En los aledaños de la plaza se encuentra el edificio del que fue el Ayuntamiento de la localidad hasta el siglo XIX. Su fachada barroca presenta columnas y pilastras clásicas y su piso noble, dos escudos de la ciudad. Casi en sus inmediaciones se asciende a partir de una pronunciada escalinata, construida en 1968, hasta la iglesia de San Pedro de la Rúa, una de las más bellas del románico en Navarra. Durante la Edad Media fue utilizada como cementerio de peregrinos.

Y aquí fue enterrado, en el siglo XIII, un obispo griego que portaba la reliquia de San Andrés, patrón de la ciudad desde su hallazgo. Entre los elementos más singulares del templo se hallan la alta torre defensiva y la hermosa portada tardorrománica, con arco polilobulado de influencia árabe. En ella es también reseñable la estrella, símbolo de la ciudad. El espacio más singular del templo es, de todas formas, el claustro del siglo XII, del que tan solo se conservan dos de las cuatro galerías debido al deterioro ocasionado por la voladura del antiguo castillo de la localidad en el siglo XVI.

De planta cuadrada, pertenece al estilo románico tardío. En la decoración de sus capiteles se combina la iconografía del Camino de Santiago con otros temas vegetales y animales. Al claustro también se puede acceder desde un ascensor ubicado más adelante, en la propia calle. Si el caminante prosigue trazado por la calle San Nicolás atravesará, pocos metros después, la puerta de Castilla, único portal en pie de las murallas de la ciudad medieval, y ya se situará fuera del antiguo enclave medieval.

Pero, aunque no estén en la propia vía, Estella esconde otros rincones patrimoniales que merecen una visita. Entre ellos destacan la antigua y bella estación del ferrocarril de vía estrecha Estella-Lizarra, situada en la plaza de la Coronación, acabada en 1927 y que estuvo en funcionamiento hasta 1967. Inspirada en el románico, sus ventanas recuerdan a las del palacio de los Reyes de Navarra. En la actualidad es la estación de autobuses. Como una construcción de interés, y con vinculación jacobea, destaca también la basílica de Nuestra Señora del Puy, encaramada sobre un alto desde donde vigila la ciudad. 

Se construyó donde la leyenda sitúa la aparición de una imagen de la Virgen. Primero se levantó una ermita, luego una iglesia barroca y, en el siglo XX, esta basílica con forma estrellada que recrea el intenso efecto lumínico que, supuestamente, se produjo con el descubrimiento de la talla. La tradición relata cómo en el año 1085 unos pastores atraídos por un conjunto de estrellas se dirigieron a lo alto de este montículo, donde descubrieron, escondida en una gruta, la imagen de la Virgen.

Parece verosímil que esta advocación mariana la trajeran los francos peregrinos a Santiago, ya que en Francia cuenta con gran devoción. Hay que recordar, además, que desde Le Puy parte la Vía Podense, una de las rutas de peregrinación a Santiago más populares antaño en el país galo. En el verano, y para todos aquellos romeros que lleguen pronto a la ciudad, una visita muy agradecida es la de recorrer el parque de Los Llanos, bañado por el río Ega. Los peregrinos podrán refrescarse en la conocida como poza de Agua Salada, una piscina natural con propiedades medicinales situada en una de las orillas del río.