Faro de Finisterre

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Aunque son muchos los lugares emblemáticos que podemos encontrar en tierras gallegas, el faro de Finisterre es uno de los más conocidos. Ubicado en el municipio de mismo nombre, provincia de A Coruña, es una faro que lleva siendo visitado por miles de personas desde su construcción en 1853, ya que se encuentra en el Cabo Finisterre, conocido mundialmente por ser el “fin del mundo”.

Con una estrecha relación con el Camino de Santiago y sus peregrinos, este faro está ubicado en la punta más alejada del Cabo Finisterre. En la época de los romanos este lugar era conocido como el fin del mundo, en latín finis terrae, denominación de la cual nació el nombre de su localidad. Fue gracias a ello que este lugar es conocido en todo el mundo, popularidad que también se traspasa al Faro de Finisterre.

Un faro ubicado en el fin del mundo

Si bien su ubicación privilegiada es una de sus características más llamativas, sus 17 metros de alto es otro de sus rasgos que más sorprende a los turistas. Si contamos desde su punto más alto, este está situado a 143 metros del nivel del mar, logrando con su potente luz llegar a las 23 millas náuticas. En el año 1888 se le añadió una sirena actualmente conocida como la “vaca de Fisterra” debido al gran naufragio que allí tuvo lugar en 1870 y que se llevó la vida de 482 personas.

Además de por las leyendas y por su vinculación con la época romana, esta edificación ubicada en la Costa da Morte está muy relacionada con el Camino de Santiago. Desde Santiago tiene comienzo el Camino de Santiago a Finisterre y Muxía, la única ruta que tiene como origen la capital gallega.

¿Cómo llegar al faro de Finisterre?

Es posible que, tras recorrer el Camino de Santiago, quieras hacer ese pequeño recorrido hasta el Faro de Finisterre. Este se encuentra a apenas 3 km del pueblo, por lo que será un pequeño paseo tras realizar la ruta. Incluso una forma de visitar ese lugar que mantiene su relación con “el fin del mundo”.

Este se encuentra en pleno Cabo de Finisterre, ubicado en el punto más alto del llamado Monte Facho. Se trata de un monte de más de 200 metros de alto que destaca de forma única sobre la costa. De hecho, este faro es el más famoso de Galicia y no hace falta más que verlo para ser plenamente consciente de lo imponente que resulta.

Otro aspecto que hace destacar a este faro es que está pensado para las visitas de los turistas así como lugareños que quieren disfrutar de las increíbles vistas. Para ello, se sitúa una zona de aparcamiento, cuartos de baño, una tienda de recuerdos así como un restaurante.

¿Se puede visitar el Faro de Fisterra?

Acceder a la zona del faro te permitirá ver uno de los edificios más asombrosos de la zona. No solo eso, sino que te dará todas las sorpresas con sus espectaculares vistas. Por ello, se trata de un destino idóneo para aquellos que quieren tomarse un descanso o disfrutar de un precioso atardecer en el fin del mundo.

Sin embargo, el interior del faro actualmente se encuentra cerrado. Por ello, se trata de un destino ideal para esos peregrinos que quieren disfrutar de la naturaleza y, por supuesto, la calma que reina en el lugar.

¿Hay que pagar entrada?

Para acceder al Faro de Finisterre no hay que pagar entrada. Se trata de un lugar público, aunque sus puertas se mantienen cerradas por el momento. Sin embargo, sigue siendo un destino idóneo para aquellos peregrinos que quieren acabar su camino en el punto que, en su momento, fue declarado el fin del mundo.

¿Cuándo se construyó el faro de Finisterre?

El Faro de Finisterre es, en sí, un conjunto de la arquitectura farera. Su primera construcción fue en el año 1853, a 138 metros sobre el mar. Originariamente funcionaba con una lámpara de aceite, aunque con el tiempo se realizaron distintas reformas para electrificar este con lámparas de incandescencia. Gracias a esto, emitía un destello cada cinco segundos, con un alcance de 31 millas marinas o 57 km.

A partir de aquí, se encuentra el edificio anexo de la Sirena, conocido mejor como la vaca de Fisterra y el cual entró en funcionamiento en el año 1889, siendo ideal para los días en los que la niebla impedían ver la luz del faro. Además de este, también se encuentra el tercer edificio, el Semáforo, el cual se encuentra a más altura y que data de 1879, aunque actualmente este se utiliza como hospedería de turismo rural.