Padrón

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Qué ver en Padrón

Padrón ©Panoramio /©Manuel

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Los caminantes se encontrarán en Padrón una estructura urbanística que aún conserva su disposición medieval, con calles estrechas y dispuestas alrededor de un eje central, la Rúa Longa. De esta calle parten transversalmente las demás, intercaladas por pequeñas plazas. Aunque la sirga peregrina no atraviesa muchas de ellas, se recomienda un paseo reposado por el núcleo, de gran encanto. Hasta el siglo XVIII estuvo rodeado por una cerca con cinco puertas.

La ruta jacobea accede al enclave a través de unas calles bañadas por el río Sar (el lugar poseía hasta la Edad Moderna dos puertos, uno exterior ubicado en el río Ulla, en A Ponte, y otro interior, a orillas del río Sar, en el puerto de Murgadán). Tras sobrepasar la Plaza de Abastos (donde los domingos podrán comprar diversas frutas y productos y frente a la que se ubica en esa jornada el famoso y multitudinario mercadillo de la villa), los peregrinos alcanzan el Paseo do Espolón, un paseo fluvial del siglo XIX recubierto de plátanos y presidido, al sur, por una estatua de Camilo José Cela (del año 2003) y, al norte, por otra de Rosalía de Castro (año 1957).

Al fondo del paseo los caminantes ya encuentran la iglesia de Santiago, un templo de estilo neoclásico levantado por José Piquet en el año 1876 y que ocupa el lugar donde antaño se erigían un templo románico, impulsado en 1123 por el arzobispo Xelmírez, y una vez desaparecido este, otro posterior de estilo gótico. Bajo el altar mayor de la basílica se conserva el Pedrón, ara romana dedicada al dios Neptuno donde, según la tradición, los discípulos del Apóstol amarraron la barca que trasladaba desde Haffa (Palestina) los restos de Santiago. En este bloque de granito se grabó la siguiente inscripción: "A Neptuno el Foro Iriense con su dinero". En la Edad Media, era costumbre de los peregrinos abrazar el Pedrón, símbolo que dio nombre a la propia localidad.

En el interior de la iglesia el visitante hallará muestras y restos de los templos precedentes, como una inscripción del templo de Xelmírez o un púlpito del siglo XV, perteneciente a la iglesia gótica que mandó edificar en el lugar Lope de Mendoza. También localizarán diferentes elementos de la tradición jacobea, como un Santiago Matamoros, en uno de los altares; dos altorrelieves de madera que representan laTraslatio y una escena en la que se ve al Apóstol bautizando a la Reina Lupa; dos óleos del siglo XVIII que recuerdan también la Traslatio y la aparición de la Virgen a Santiago; o un Santiago Peregrino de aspecto mundano atribuido a José Gambino (siglo XVIII).

Padrón ©Panoramio / jose luis hidalgo

Padrón ©Panoramio / jose luis hidalgo

A esta talla se la conoce popularmente como "O Parrandeiro", porque cada 25 de julio (día de Santiago) sube hasta la ermita del Santiaguiño en una romería. En ella se puede sellar la credencial. Desde el siglo XV hasta el siglo XIX hubo junto a la iglesia un hospital para peregrinos mandado construir por el arzobispo Rodrigo de Luna.

Desde la iglesia de Santiago (aunque no ya en la sirga peregrina) parte el Puente de Santiago, una obra de inicios del siglo XX que ocupó el espacio en el que antaño había un puente medieval. En su extremo se ubicaba la Torre Moucha, una edificación vigía y defensiva que protegía el puerto de Murgadán. Atacada por las revueltas irmandiñas (luchas antiseñoriales que tuvieron lugar en el siglo XV), fue derruida en 1832. Al final del puente se asienta la Fonte do Carme, obra del siglo XVI reformada en el XVIII y que cuenta con una destacada iconografía jacobea al representar la llegada del Apóstol a Padrón y el bautismo de la Reina Lupa, escena que evoca la evangelización de estas tierras por el hijo de Zebedeo y Salomé. Justo detrás, y más en lo alto, se ubica el Convento do Carme (1752), edificio de estilo neoclásico construido sobre roca viva.

Si en un inicio sus moradores eran los Carmelitas Descalzos en la actualidad es ocupado por los Padres Dominicos. Desde su atrio se tiene una gran vista de la villa. Desde la Fonte do Carme el peregrino puede avanzar por la Calle de Santiago desde donde accederá al primero de los 132 escalones que componen el Viacrucis del Santiaguiño do Monte, las escaleras que permiten ascender al lugar, donde, según la tradición, el Apóstol predicó en vida. Cada 25 de julio, día de Santiago, se celebra la tradicional romería del Santiaguiño, fiesta declarada de Interés Turístico. 

El monte de San Gregorio, más conocido como Santiaguiño do Monte, guarda en altura un buen área recreativa con zonas de barbacoa, mesas y parque infantil. Este santuario, meta de peregrinación desde la Edad Media, guarda varios rincones de sabor jacobeo. La tradición recuerda que el Apóstol predicó sobre unas rocas a los gentiles y que con su báculo hizo brotar una fuente milagrera debajo de una ermita paleocristiana existente en el lugar.

En el ascenso los peregrinos hallarán las rocas, coronadas por un cruceiro y una estatua de Santiago. En el siglo XVI los caminantes subían a los penedos de rodillas rezando en cada uno de los peldaños y terminaban el rito pasando a través de unos huecos que hay en ellos. Junto al lugar se levanta la ermita del Santiaguiño, una obra del arzobispo Rodrigo de Luna (siglo XV), reformada en el siglo XIX. En el dintel de una puerta luce el escudo del arzobispo de Santiago, impulsor del templo.

La iglesia, donde se halla el sepulcro del canónigo Gregorio, cuenta con un único altar presidido por una imagen pétrea de Santiago, erosionada debido al roce de los peregrinos durante siglos. En la fuente, que según la leyenda hizo brotar el Apóstol, los peregrinos bebían y se lavaban. Para ellos este lugar tenía relación con el perdón de los pecados. En la actualidad aún se mantiene la costumbre de recoger su agua en la víspera de San Juan para que, mezclada con hierbas, libre a los vecinos de Padrón de los malos espíritus.

Ya de vuelta en la localidad, a los peregrinos aún les quedan varios rincones atractivos por visitar. Uno de ellos es el Cruceiro de Fondo de Vila, situado cerca de la zona sur del Paseo del Espolón. Del siglo XV, cuenta con representaciones alegóricas como calaveras, tibias o animales. En su fuste se representó la figura del Apóstol peregrino. Como otros monumentos se localizan el Alfolí do Sal, un antiguo depósito de sal del siglo XII ubicado junto a la Praza de Ramón Toxo, el Palacio del Ayuntamiento (siglo XV), situado junto a la Rúa Longa, o el Palacio de Quito, construcción de estilo renacentista encargada por el arzobispo de Santiago, dispuesto junto a la Rúa das Dores, ya en la salida del Camino de Padrón.

Padrón ©Panoramio / Lola de Oya

Padrón ©Panoramio / Lola de Oya

Como otro lugar con encanto se sitúa también el Jardín Botánico-Artístico, uno de los jardines más antiguos de España, Monumento Artístico Nacional desde 1946. En poco más de una hectárea de extensión, recoge más de 300 especies. En uno de los extremos del jardín, y si se sigue por la avenida de la Estación, el caminante se acercará hasta la Casa-Museo Rosalía de Castro. Esta poetisa, compostelana de origen aunque padronesa de adopción, es una de las grandes figuras de las letras gallegas.

Con el poemario Cantares Gallegos (1863) se situó al frente del Rexurdimento cultural de Galicia y con Follas Novas (1880) elevó la poesía gallega a las más altas cimas de su historia. Este museo, una de las visitas culturales clásicas para los escolares gallegos, propone un recorrido por los acontecimientos que marcaron la vida y la obra de Rosalía. Los visitantes recordarán su importancia y se acercarán al entorno que la rodeó. En uno de los espacios también se recrea una casa rural de la época. 

La escritora fue enterrada en el cementerio de Adina (en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor, en Iria Flavia) y en 1891 trasladada al Panteón de Gallegos Ilustres en San Domingos de Bonaval (Santiago).

Visitas en la vecina Iria Flavia  Si los caminantes prosiguen rumbo hacia la vecina Iria Flavia se encontrará con otras dos visitas muy recomendables. Por una de ellas ya pasa la ruta jacobea. Se trata de la antigua colegiata, hoy iglesia parroquial de Santa María la Mayor. Explicada en el propio recorrido que parte de Padrón, es una de las iglesias más antiguas de Galicia y, para algunos estudiosos, uno de los primeros templos marianos del mundo.

La basílica se encuentra rodeada por un cementerio en el que descansan los restos de 28 obispos. El propio Camilo José Cela, Premio Nobel de Literatura en 1998, escogió antes de su muerte el lugar de su nicho: a la sombra de un olivo en el cementerio de Adina, no muy lejos de la fundación que lleva su nombre. En este recinto también estuvo enterrada la escritora Rosalía de Castro. Frente a ella, en una antigua residencia de canónigos del siglo XVIII, se sitúa la Fundación Camilo José Cela, el edificio que alberga la obra, manuscritos, colecciones privadas y recuerdos de la vida personal y literaria del Premio Nobel.

En una superficie de 11.000 metros cuadrados, el recinto alberga una biblioteca con más de 45.000 volúmenes, una pinacoteca con más de 700 pinturas originales, varias salas de exposiciones y una amplia superficie ajardinada. Los visitantes podrán admirar las condecoraciones logradas por el escritor padronés, como el Nobel (1989), el Cervantes (1995) o el Príncipe de Asturias (1987). Además, en el conjunto también se halla la sede del Museo Ferrocarrilero John Trulock, bisabuelo del escritor y constructor de la primera línea gallega del ferrocarril, con la que se enlazaba en 1873 Cornes (ayuntamiento integrado en la actualidad en Santiago) con Carril (Vilagarcía). Los visitantes podrán recordar en él la historia del ferrocarril gallego.

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