¿Qué ver en O Cebreiro? Guía turística y curiosidades

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O Cebreiro ©Panoramio sbarca

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Santa María Real do Cebreiro, el templo más antiguo del Camino Francés

Llegados a O Cebreiro los peregrinos podrán visitar uno de los lugares históricamente más emblemáticos del Camino de Santiago y uno de los primeros en cuanto a la asistencia a peregrinos. Si se sigue la ruta jacobea lo primero que hallan los romeros es un monumento a los peregrinos, conocido como monumento al Gaiteiro. La confluencia de la magia de los parajes de O Courel y el Camino de Santiago han hecho a este núcleo escenario de multitud de leyendas. Una de ellas, datada en la Edad Media y que dio pie a esta estatua, recuerda cómo un peregrino alemán que se extravió entre las montañas, pudo llegar a O Cebreiro guiado por el sonido de un gaitero.

Esta leyenda, que quedó escenificada en un monumento de bronce, incluye inscripciones en alemán, francés, inglés, castellano y gallego antiguo. Enfrente del monumento se halla un cruceiro gallego, desde donde los caminantes podrán contemplar una bella vista de las montañas leonesas que acaban de abandonar. Acto seguido ya acceden, entre pallozas, al propio enclave, donde sobresale, a la derecha, la sugestiva iglesia prerrománica de Santa María Real do Cebreiro. Se trata del templo más antiguo de la ruta francesa y uno de los primeros monumentos del Camino en ser restaurado. Es, además, la basílica más visitada en Galicia por detrás de la catedral de Santiago y una de más reclamadas también a nivel estatal. La iglesia fue fundada por una comunidad de monjes benedictinos en el siglo IX.

Posteriormente, en el año 1072, el rey Alfonso VI la puso en manos de los monjes franceses de la abadía de San Giraldo de Aurillac, pasando a depender de nuevo de la orden benedictina en tiempo de los Reyes Católicos, y siendo finalmente abandonada por ellos tras la desamortización de Mendizábal en 1853. A pesar de las diversas reformas y los incendios sufridos, aún conserva parte de su factura prerrománica, con planta basilical de tres naves. En el exterior, destaca la torre y los muros exteriores, todos de granito con lajas de pizarra. La torre, que forma un pórtico con cuatro pilares, representa una construcción típica de la montaña lucense. En su interior se puede ver una pila bautismal del siglo IX; la cruz de madera colocada en el presbiterio, del siglo XII; y, en la nave de la derecha, la talla románica de la Virgen (también, del siglo XII).

En la capilla que está a la izquierda del presbiterio se encuentra la sepultura del párroco de O Cebreiro, Elías Valiña –el gran promotor del Camino de Santiago en el siglo XX y principal valedor de este enclave lucense-, mientras que en la de la derecha, el cáliz, la patena y las reliquias del célebre milagro eucarístico. El Milagro del Santo Grial de O Cebreiro se remonta al siglo XIV cuando, en un día de fuerte temporal, un monje celebraba misa en la capilla. Cuenta la historia que un vecino de la parroquia de Barxamaior (Juan Santín) desafió la tempestad y se acercó hasta el templo para escuchar misa. El monje, incrédulo, menospreció el sacrificio del feligrés y exclamó ante su llegada: «Cual viene este otro con una tan gran tempestad y fatigado a ver un poco de pan y vino».

En ese momento, el pan que sostenía el cura entre sus manos se transformó en la carne de Cristo y el vino, en su sangre. Acto seguido, la imagen de la Virgen, colocada en el altar mayor, inclinó la cabeza para adorar el cuerpo y la sangre de Cristo. Desde entonces el cáliz, la patena (ambos, afamadas piezas del románico) y las reliquias del milagro se conservan en O Cebreiro y el sacerdote y el campesino están enterrados, uno al lado del otro, en dos arcos al lado del altar del milagro.

Esta historia se extendió por toda la Europa del medievo, entre el clero, los juglares y los peregrinos y dio pie a que el santuario obtuviese en las décadas posteriores diversas bulas papales y privilegios reales. En 1983 el cáliz y hostia ya entran a formar parte del escudo de Galicia. En dicho símbolo, aparecen rodeados por siete cruces, una por cada antigua provincia del Reino de Galicia. Como curiosidad destacar que en la actualidad los vecinos de Barxamaior se enorgullecen de mostrar el árbol del milagro, un castaño plantado según la tradición por aquel campesino en la finca de la que fue su casa, la de Tras.

En 1486, en su peregrinación hacia Santiago, los Reyes Católicos hicieron un alto en el lugar para contemplar el milagro y donar el relicario donde se guardan los restos. Cuenta la tradición popular que la reina Isabel, en su vuelta hacia Castilla, quiso llevar con ella las reliquias de O Cebreiro. La comitiva regia partió del alto pero a tan solo 20 kilómetros de allí, en Pereje, los caballos pararon y fue imposible hacerles continuar. El miedo se apoderó del grupo que dejó libres a los animales. Al ver cómo los caballos volvían a las puertas del templo de O Cebreiro, la reina ordenó que las reliquias continuasen en el lugar. Los Reyes Católicos tuvieron una gran influencia en la prosperidad y engrandecimiento del enclave, que logra bajo su mandato su apogeo.

O Cebreiro ©Panoramio Juan PIXELECTA

O Cebreiro ©Panoramio Juan PIXELECTA

No es posible entender O Cebreiro sin la figura del peregrino

Los monarcas dan continuos privilegios a O Cebreiro y piden al papa Inocencio VIII que restaure la hospedería y el hospital. Por su mediación, el templo pasa, asimismo, a depender de la orden benedictina de Valladolid. Con el paso de los siglos, las reliquias permanecieron siempre en la basílica y tan solo fueron sacadas y protegidas en la aldea de Foxos durante la invasión de las tropas francesas, en el siglo XIX. Durante la contienda, en la que las tropas de Moore invadieron estos montes dada su estratégica posición de paso, la aldea de O Cebreiro sufrió muchos destrozos y los antiguos documentos del archivo del lugar (donde, posiblemente, se guardaban las historias jacobeas) son destruidos.

Este enclave, de gran peso religioso, mueve cada año a miles de fieles que se acercan al lugar para rezar ante la Virgen. Incluso, personalidades muy conocidas, como el cardenal Ratzinger (antes de ser papa) no quiso obviar visitar este templo prerrománico. Los peregrinos que deseen escuchar misa en el templo podrán hacerlo, en invierno, a las 18.00 horas, y en verano, a las 19.00 horas.

Antes de salir de la iglesia, a muchos caminantes les llamará la atención una imagen de San Francisco de Asís, incluida en el templo, junto a un panel que explica la peregrinación que el santo habría realizado a Santiago en 1214. Preguntado sobre la verosilimitud de tales hechos, el abade de O Cebreiro, José Quintela, aclara que el fundador de la orden de los franciscanos dejó escrito que quería hacer el Camino.

Se sabe, además, que llegó al norte del país, en donde cayó enfermo. A partir de ahí entra en juego la tradición franciscana que avala que habría entrado en Galicia por Asturias para llegar a Compostela hace casi 800 años. De hecho, la Iglesia católica celebrará por todo lo alto en el 2014 el octavo centenario del llamado Camino de san Francisco de Asís. Se realizará un minixacobeo franciscano en el que participará el ayuntamiento de Asís, hermanado con Santiago.

La Voz de Galicia adelantó durante la Semana Santa que el papa Francisco, quien ya llegó a oficiar en Buenos Aires la bendición del apóstol Santiago -en la réplica del Camino que los emigrantes gallegos recorren cada 25 de julio en esa ciudad- podría ir a Compostela en el 2014 siguiendo los pasos de san Francisco. Como otro apunte histórico señalar la existencia de un cementerio de peregrinos en O Cebreiro.

Es posible que incluso los entierros tuvieran lugar en el propio templo, aunque se desconoce su ubicación exacta. Ya fuera del templo, los caminantes hallarán a su derecha una estatua en homenaje a Elías Valiña, la persona sin la que es imposible entender la gran afluencia de peregrinos actuales. Cercano al templo prerrománico se conserva, asimismo, aunque restaurado, el antiguo hospital para peregrinos, fundado en el siglo IX por el francés San Giraldo de Aurillac, y que se presenta como uno de los pocos de su época que aún permanece en pie.

O Cebreiro ©Panoramio Domenico Mazza

O Cebreiro ©Panoramio Domenico Mazza

Las pallozas milenarias de O Cebreiro

En la actualidad es la sede de la hospedería que lleva por nombre al santo francés y que es regentada por la familia Valiña. A pesar de la quema de los antiguos libros de O Cebreiro, se sabe que este hospedaje es uno de los primeros levantados en la ruta jacobea. De hecho, los benedictinos fueron los primeros custodios de los restos del Apóstol Santiago y, tras su localización, iniciaron la construcción de diversos hospitales que dieron cobertura a los caminantes que comenzaban a dirigirse a Compostela. Es posible que el de O Cebreiro se levantase menos de 25 años después del descubrimiento. Como otra visita ineludible, se hallan el conjunto de famosas pallozas, ubicadas tanto en el entorno del templo como avanzada la única calle que hay en O Cebreiro.

Se trata de construcciones de origen celta y estructura circular, muy características de las montañas del noroeste de la Península Ibérica y adaptadas al medio y clima de la zona. Con su característica cubierta de paja, en ellas convivieron durante más de dos milenios familias (hasta 9 o 10 personas en cada una de ellas) y ganado.

Estuvieron habitadas hasta el año 1968. En la actualidad, una de ellas aloja el Museo Etnográfico, dirigido desde hace décadas por Manuel González, o Pallozas, quien, entre avisos de «cuidado con las cabezas» y «pronto os acostumbraréis a la oscuridad», devuelve a los caminantes a un tiempo aún próximo en el que los vecinos de O Cebreiro compartían espacio en una vivienda de funcionalidad portentosa: planta sin esquinas para favorecer la distribución del calor; muros bajos, muy gruesos y con escasos vanos, y cubierta cónica de paja de centeno curtida desde el interior por el humo de la lareira (cocina tradicional gallega). En su interior se mantiene una temperatura constante cercana a los 15 grados y, cuando estaban habitadas, el fuego siempre permanecía encendido.

Durante el invierno el horario de visita de la palloza es de lunes a sábado, de 11.00 a 18.00 horas. En el entorno uno de los rituales de tradición ignota que protagonizan los peregrinos tiene lugar en el entorno de O Cebreiro, en un promontorio conocido como Tesón da Cruz, perteneciente al monte de Pozo da Area, desde el que se disfruta de unas maravillosas vistas del propio núcleo y de parte de Os Ancares.

En él se clavó en 1972 una cruz para la película La flor de la santidad, que el director Adolfo Marsillach rodó en esta aldea lucense. El filme narra las últimas horas de un peregrino asesinado tras mantener un furtivo encuentro sexual con una pastora del lugar, pasando a ser considerado por los vecinos como un enviado de Satanás. Después del rodaje, aunque no se sabe cuándo, los caminantes transformaron esta cruz de madera de varios metros de altura en un altar espontáneo y comenzaron a incrustar en ella sucesivas monedas. La historia de la cruz es ciertamente de película, aunque este ritual que comenzó de forma espontánea no guarde ningún significado.

Eso sí, el número de metales empotrados acabaron resquebrajando las cruces, tanto la original puesta por el equipo de rodaje de Marsillach como la siguiente (la actual es del año 2000). Para llegar a la cruz –no hay indicaciones- los peregrinos deberán caminar desde la iglesia de O Cebreiro en dirección al albergue (situado en la salida del pueblo), posteriormente, deberán tomar el camino que queda más a la izquierda y comenzar el ascenso hasta encontrar, a mano izquierda, otro itinerario que les conducirá directamente al lugar. No hay señales ni asfalto aunque a medida de que se sube ya se vislumbra la cruz.

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