¿Por qué hacer el Camino de Santiago en Semana Santa?

¿Por qué hacer el Camino de Santiago en Semana Santa?

Hacer el Camino de Santiago en Semana Santa; ¿mejor que hacerlo en verano?

Tradicionalmente, el Camino de Santiago abandona su temporada baja con el comienzo de la primavera, cuando comienzan a reabrir la mayoría de albergues de peregrinos, desaparecen las últimas nieves y empieza a llegar el buen tiempo. Precisamente es la Semana Santa, las primeras vacaciones del año para muchos el pistoletazo de salida para muchos caminantes que quieren peregrinar hasta Santiago en la estación más del año más agradable para hacerlo, la primavera. 

Pero ¿por qué elegir la Semana Santa para hacer el Camino de Santiago en vez de esperar al verano? Coincidiremos en que los meses de junio, julio y agosto siguen siendo los más populares en el Camino, los que más peregrinos concentran, sin embargo cada vez más caminantes se sienten atraídos por el comienzo de la primavera. ¿Los motivos? Te los vamos a resumir brevemente para que decidas por ti mismo si merece la pena lanzarse ahora o esperar al verano. 

Camino de Santiago en Semana Santa, ¿cuál escoger?

A la hora de escoger un Camino de Santiago para hacer en Semana Santa tenemos varias opciones, y aunque disponemos de algunas francamente atractivas gracias a la aparición del buen tiempo, hay que sopesar diversos aspectos. 

El Camino Francés y el Camino del Norte suelen ser las alternativas más escogidas por los peregrinos. Sin ir más lejos hablamos de las rutas con más afluencia de personas en las diferentes etapas. Si bien es cierto que pueden resultar las más llamativas a raíz de sus imponentes paisajes, precisamente lo imprescindible de su temporal hace de estas dos rutas opciones que deberemos de meditar. 

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Y es que durante los días de Semana Santa el clima se convierte en una auténtica lotería. Puedes encontrar etapas en las que el calor se convierte en un claro protagonista, mientras que en otras la lluvia te acompañará durante las largas horas de peregrinaje. El clima, sumado a la gran afluencia de peregrinos en estas rutas, convierte al Camino Francés y al Camino del Norte en opciones que tal vez nos interesen en otros momentos del año. 

Dicho lo cual, ¿qué Camino de Santiago debo escoger durante la Semana Santa? La Vía de la Plata o el Camino Portugués son sin ningún tipo de duda alternativas más que recomendadas si quieres conseguir la Compostela en esta época del año. El motivo es muy sencillo: son rutas alejadas de áreas costeras. 

Por supuesto, tanto en el Camino Portugués como en la Vía de la Plata seguirás disfrutando de grandes paisajes, pero con otras ventajas que te harán el peregrinaje mucho más llevado. La primera de ellas es que se trata de ruta mucho menos transitadas en comparación al Camino Francés o el Camino del Norte. Por otra parte, el clima es más estable al viajar por zonas interiores, facilitando por lo tanto el trayecto a lo largo de las etapas.

Por fin, las primeras vacaciones del año

Las vacaciones de Semana Santa son un tiempo del año perfecto, ya que muchos de nosotros podemos disfrutar de los primeros días de descanso del año. Generalmente disponemos de una semana o diez días libres, que son perfectos para recorrer tramos cortos de no más de cinco etapas por el Camino de Santiago. Además, podremos guardar algunos días extra para recuperarnos y volver con las pilas bien cargadas a casa, por ejemplo disfrutando de la gran oferta turística y gastronómica de la ciudad de Santiago. 

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Si vas a recorrer el Camino de Santiago en Semana Santa por primera vez, puedes emplear al menos seis días en recorrer los últimos tramos de algunas de las rutas más transitadas, como el Camino Francés desde Sarria, el Camino Portugués desde Tui o el Camino Inglés desde Ferrol. Recorrerás al menos los últimos 100 kilómetros hasta Santiago, pudiendo obtener la compostela (un bonito recuerdo de tu estreno como peregrino).  

La mejor estación para hacer el Camino

Siempre lo hemos dicho, para nosotros la primavera es la mejor época del año para recorrer el Camino de Santiago. En esta estación encontraremos agua, sí, pero ya no hace tanto frío como en invierno, y por lo tanto no tenemos que llevar tanta ropa de abrigo. En primavera el Camino es precioso y tiene una luz muy especial, las sendas están llenas de colores y vida gracias al agua del deshielo que desciende por los ríos y riachuelos, además de por la incipiente lluvia.

En pleno mes de abril, la Semana Santa abarca unos días perfectos en los que caminar es un verdadero placer, y no nos vemos expuestos al agobio de los días más calurosos de julio y agosto, que se hacen muy cuesta arriba tanto en la meseta castellana como en Galicia. Te animamos a que pruebes a recorrer el Camino por primera vez durante al menos seis días y cinco noches, de tal forma que puedas llegar a desconectar totalmente de la rutina y te llevas contigo algunas pinceladas del espíritu del peregrino. Tras tu primer contacto, volverás al Camino con aún más ganas y le dedicarás sin miedo más tiempo.  

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Muchas ventajas respecto al verano

El atractivo del Camino de Santiago se ha extendido como la pólvora en los últimos años por todo el mundo. Por motivos culturales, religiosos, espirituales o simplemente turísticos, cada año llegan a estas rutas cientos de miles de peregrinos y lógicamente, se producen algunas masificaciones en puntos y semanas del año concretas. Las rutas que más sufren las aglomeraciones son el Camino Francés y el Portugués en sus últimos 100 kilómetros y lo hacen principalmente en verano, cuando la mayoría de nosotros disponemos de más días libres. 

Por esta razón muchos eligen la primavera para peregrinar, con temperaturas más suaves que en verano e infinitamente menos turistas. Dentro de esta estación, la Semana Santa recoge los días de mayores aglomeraciones, sin embargo en ningún caso se alcanzan los números de julio y agosto. Si quieres caminar durante Semana Santa y buscas tramos del Camino menos masificados, siempre puedes optar por sendas como el Camino Sanabrés, que parte de Ourense y es mucho menos conocido.