Sahagún

Sahagún ©Panoramio L. Gila M.

Puntos de interés turístico en Sahagún

El nacimiento de esta localidad, hito en la ruta jacobea y ejemplo de la vistosa arquitectura mudéjar, se halla directamente vinculada al Monasterio de San Benito. Entre su rico patrimonio artístico atesora cuatro monumentos declarados Bienes de Interés Cultural. Los caminantes acceden a Sahagún por la Ronda de la Estación, dejando a mano derecha la plaza de toros. Poco después ya llegan a la Travesía El Arco y a la contigua calle El Arco donde se sitúa la antigua Iglesia de la Trinidad, edificio que en la actualidad hace las funciones de auditorio, albergue de peregrinos y oficina de turismo municipal.

Próxima a ella se sitúa la iglesia de San Juan de Sahagún, levantada sobre la casa natal del santo (siglo XVII), de apariencia similar al de los edificios de estilo neoclásico colonial. En su interior destacan, entre otras piezas, una imagen del santo atribuida a Gregorio Fernández y una arqueta con las reliquias de los mártires San Facundo y Primitivo. El recorrido urbano prosigue entonces por la calle La Herrería y por la larga vía Antonio Nicolás, que atraviesa la Plaza de Santiago y aproxima a los romeros a la zona más monumental.

A mano derecha se sitúa el Monasterio de las Benedictinas de Santa Cruz que también funciona como museo. Fundado en el siglo XVI, en él se pueden contemplar una venerada talla barroca de la Virgen vestida de peregrina, grandes obras de orfebrería y una placa de chimenea inglesa del siglo XVI, pieza única en España. En la iglesia conventual, y procedentes de la antigua abadía benedictina que dio realce al lugar, se exhiben, además, los dos sepulcros que contienen los restos de Alfonso VI, gran benefectador del Camino de Santiago -enterrado por deseo personal en esta villa- y de cuatro de sus seis esposas.

Sahagún ©Panoramio Ron van Gog

El horario del museo es, por las mañanas, de 10.00 a 12.30 horas, y, por las tardes, de 16.00 a 18.30 horas. Junto a los restos de la antigua abadía benedictina se halla la iglesia de San Tirso, emblema de la localidad gracias a su hermosa torre de ladrillo de tres cuerpos y al juego de volúmenes de su fachada. Levantado en la primera mitad del siglo XII, se trata de uno de los mejores ejemplos de la arquitectura mudéjar. Se puede visitar de octubre a marzo, de miércoles a sábado, de 10.40 a 14.00 y de 15.00 a 17.50 horas y, los domingos, de 10.40 a 14.00 horas.

Durante el verano abre de miércoles a sábados de 10.15 a 14.00 y de 16.30 a 20.00 horas y, los domingos, de 10.15 a 14.00 horas. Junto a ella también se sitúa la conocida como Torre del Reloj-San Mancio, lo único que queda en pie de la abadía de San Benito. En ella se contempla una diversidad de estilos -mozárabe, románico y barroco-, fruto de las reformas realizadas a lo largo de los siglos. Como otro vestigio de lo que llegó a ser la antigua gran abadía benedictina aún se conserva el Arco de San Benito, símbolo del poder que atesoró el monasterio y de su condición de fundación real.

En el primer cuerpo existen dos hornacinas con las imágenes de los santos titulares (Facundo y Primitivo). Los peregrinos enfilan acto seguido hacia la salida de la localidad dejando a mano izquierda, aunque alejado de la sirga jacobea, el Santuario de la Peregrina, una iglesia fundada en 1257 de la que es titular la talla de la Virgen con atuendo de Peregrina custodiada en la actualidad en el convento de benedictinas. Antes de salir del enclave salvan el río Cea por el Puente Canto, un sólido vial con cinco bóvedas de cañón de época medieval mandado construir en el año 1085 por orden de Alfonso VI.