Reportaje

La tumba de Santiago Apóstol: ¿Cómo se descubrió?

Casi 800 años más tarde de su fallecimiento, los restos del Apóstol fueron encontrados gracias a una estrella que señaló su ubicación

Tumba De Santiago Apóstol en la Catedral de Santiago - Wikimedia Commons/Lancastermerrin88

Tumba De Santiago Apóstol en la Catedral de Santiago - Wikimedia Commons/Lancastermerrin88

El Camino de Santiago cuenta con numerosas rutas que salen desde distintos puntos de Europa y recorren la Península Ibérica hasta llegar a Galicia. Y si bien durante esta aventura los peregrinos gozan de increíbles paisajes y una gastronomía de lo más variada, el motivo principal por el que muchos realizan el Camino es el de visitar la Catedral de Santiago y conocer la tumba del Apóstol.

Pero aunque ahora todos sabemos dónde se encuentran los restos de Santiago, los mismos estuvieron ocultos durante más de 8 siglos en la antigüedad. ¿Cómo fueron descubiertos entonces?

La llegada de Santiago a Galicia y el entierro de sus restos

Tras haber sido decapitado por Herodes Agripa I en el año 42 tras su regreso a Jerusalén, los restos de Santiago fueron trasladados por sus discípulos en un largo viaje en barca hasta tierras gallegas. En concreto, desembarcaron en el puerto de Iria Flavia (actual Padrón) y depositaron el cuerpo del Apóstol en una gran roca que se convirtió en el Sarcófago Santo.

El siguiente paso que llevaron a cabo los discípulos consistió en mover este sarcófago hasta el castillo de la reina Lupa, a la que le solicitaron un lugar para poder enterrar los restos de Santiago. Pero para sorpresa de los hombres, la reina los envió a la corte del rey Duyos, un enemigo del cristianismo que los encerró. Aunque como sabemos, la historia no termina aquí, sino que según cuenta la leyenda, los discípulos fueron liberados por un ángel.

De esta manera, continuaron su camino hacia Compostela y durante el mismo los hombres superaron diversos contratiempos milagrosamente. Esto dejó perpleja a Lupa, que se rindió ante los discípulos, se convirtió al cristianismo y puso su propio palacio a disposición de los varones para enterrar a Santiago. ¿Pero cuándo se descubrió que allí yacían los restos del Apóstol?

Desembarco del cuerpo del apóstol Santiago - Wiki Commons / Museo Lázaro Galdiano

Desembarco del cuerpo del apóstol Santiago - Wiki Commons / Museo Lázaro Galdiano

El descubrimiento de la tumba de Santiago

Aunque Santiago fue enterrado poco tiempo después de su muerte, pasaron 8 siglos hasta que se encontró su tumba en el año 813. Este hallazgo se produjo gracias a una luminosa estrella (de ahí el nombre Compostela, campus stellae, ‘Campo de la Estrella’) que llamó la atención de un ermitaño llamado Paio. El mismo, atónito por lo que veían sus ojos, alertó al obispo de Iria Flavia, Teodomiro, y pusieron rumbo hacia el monte Libredón, sobre el que se encontraba la potente luz.

Allí, tras la maleza y al lado de un roble, se halló un altar con tres monumentos funerarios. Uno de ellos, contenía el cuerpo de un hombre degollado con su cabeza bajo el brazo, y a su lado, un letrero que indicaba: “Aquí yace Santiago, hijo del Zebedeo y de Salomé”. 

El obispo, por ‘revelación’, atribuyó los restos de aquellos cuerpos al Apóstol y a dos de sus discípulos, Teodoro y Atanasio. Ante tal descubrimiento, el rey galaico-astur Alfonso II el Casto visitó el lugar y ordenó que se construyera una iglesia en su honor. Ese lugar, hoy en día Santiago de Compostela, se convirtió en un punto de peregrinación para cristianos de toda Europa.

Sepulcro de Santiago

Sepulcro de Santiago

Un segundo hallazgo se produjo siglos más tarde

Según cuenta la leyenda, tras el desembarco de piratas en el puerto de A Coruña en el año 1589, los restos de Santiago habrían sido escondidos para evitar su profanación. Aunque más tarde se demostró que no se los habían llevado muy lejos.

Y es que a finales del siglo XIX, en la búsqueda de los restos perdidos de Santiago, se llevaron a cabo diferentes excavaciones en el lugar en el que se habría enterrado el cuerpo del Apóstol. De esta manera, se descubrió un pequeño escondite detrás del altar principal en el que se habían guardado los restos.

En 1884 el papa León XIII reconoció oficialmente este segundo hallazgo y aunque nunca se ha confirmado científicamente que los restos pertenezcan a Santiago, en 1986 la Unesco declaró la ciudad de Santiago de Compostela Patrimonio de la Humanidad. Dos años más tarde, el Camino de Santiago fue proclamado ‘primer itinerario cultural europeo’, convirtiéndose así en uno de los destinos de peregrinación más conocidos del mundo.

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