Gastronomía del Camino de Santiago imprescindible

Recorrer el Camino de Santiago es una experiencia de lo más completa. Esta aventura nos permite conocernos mejor a nosotros mismos, pudiendo incluso llegar a cambiar nuestra vida. Pero si algo lo convierte en un viaje único es que también lleva aparejado un aprendizaje externo, bien sea a través de los peregrinos que encontramos por el Camino o de los diferentes lugares que visitamos.

Y si bien es cierto que algo que todos los peregrinos tienen en mente cuando planifican su viaje es visitar aquellos puntos de interés más importantes de cada uno de los pueblos o ciudades por los que transcurre en su Camino, en ocasiones se olvidan de conocer a fondo uno de los elementos más importantes de esta aventura: la gastronomía. 

Por ello, y teniendo en cuenta la relevancia de la gastronomía en todo el Camino de Santiago, hemos recopilado algunos de los platos más representativos de cada ruta para que sepas qué es lo que no puedes dejar de probar cuando la realices.

Gastronomía en el Camino Inglés

El Camino Inglés, como su nombre indica, era tradicionalmente la ruta elegida por los peregrinos provenientes de las Islas Británicas y de otros lugares del norte de Europa para llegar a Santiago de Compostela. Comenzando en los puertos de Ferrol o A Coruña, este camino recorre aproximadamente 120 kilómetros a través de la verde y húmeda Galicia. A pesar de su corta distancia en comparación con otras rutas, ofrece una experiencia culinaria impresionante que combina sabores del mar y de la tierra.

El lacón con grelos es uno de los platos más tradicionales y representativos de Galicia. El lacón es el hombro del cerdo, que después de ser salado se cocina junto con grelos (brotes de nabo típicos de la región), patatas y chorizo. El resultado es un guiso sabroso y contundente, perfecto para reponer energías después de una jornada de caminata.

Aunque la tarta de Santiago puedes encontrarla en varios puntos del Camino de Santiago, es en Galicia donde se origina. Esta tarta es un homenaje al sabor de las almendras, siendo este fruto seco su principal ingrediente. Además, se le añaden huevos, azúcar, limón y, en ocasiones, un poco de licor. Su superficie se cubre con azúcar glas y se decora con la cruz de Santiago, convirtiéndola en el postre por excelencia de los peregrinos.

El Camino Inglés, a pesar de su relativa brevedad, es un festín tanto para el espíritu como para el paladar. Aquellos que lo eligen no solo son recompensados con hermosos paisajes y rica historia, sino también con la oportunidad de degustar algunos de los platos más emblemáticos de la cocina gallega.

Gastronomía en el Camino Aragonés

El Camino Aragonés tiene su inicio en el paso fronterizo de Somport, en el Pirineo aragonés, y se extiende hasta Puente la Reina, donde se une al Camino Francés. Esta ruta es menos transitada que otras, pero destaca por su riqueza histórica, sus paisajes montañosos y, por supuesto, su rica tradición culinaria. La comida aragonesa es conocida por su sabor auténtico y su habilidad para sacar el máximo provecho a los ingredientes locales.

Las migas del pastor son un plato humilde pero deliciosamente reconfortante, que tiene sus raíces en la cocina de los pastores. Se elaboran a partir de pan rallado o troceado que se deja secar, y posteriormente se fríe con ajo y grasa (tradicionalmente, grasa de cerdo). A este preparado básico se le pueden añadir complementos como chorizo, longaniza, uvas o incluso huevos fritos. Es un plato sencillo, pero con una riqueza de sabores que refleja la vida en el campo y las largas jornadas de los pastores en las montañas.

Aragón es famoso por su ternasco (cordero joven) y, en particular, por su tradición de asarlo. El ternasco asado se prepara utilizando corderos que tienen entre 70 y 90 días de vida y un peso de entre 8 y 12 kilogramos. Este plato se caracteriza por su carne tierna y jugosa, con una capa exterior crujiente. Se suele cocinar con ajo, romero y otros ingredientes que realzan su sabor. Es, sin duda, una experiencia culinaria que cualquier visitante o peregrino del Camino Aragonés no debería perderse.

A lo largo del Camino Aragonés, los peregrinos no solo se adentran en una ruta llena de historia y paisajes naturales impresionantes, sino que también tienen la oportunidad de sumergirse en una tradición culinaria que celebra los sabores auténticos y la riqueza de la tierra aragonesa.

Gastronomía en el Camino Francés

Al tratarse de una ruta que recorre toda la Península Ibérica, en el Camino Francés tenemos la posibilidad de probar una gastronomía de lo más variada. 

Por ello, y con el objetivo de que todos los peregrinos tengan claro qué es lo que no se pueden perder, te presentamos algunos de los platos más conocidos de cada una de las comunidades autónomas por las que pasaremos antes de llegar a Galicia. 

Aragón

De entre todas las recetas típicas de la cocina aragonesa, una de las más conocidas son las Migas, un plato que se realiza a base de pan duro, ajos, aceite de oliva, embutido como longaniza y que se acompaña con uvas. Por otro lado, también destaca el pollo al chilindrón, una receta sencilla en la que el gran mérito se lo lleva la salsa, elaborada con hortalizas de la región. Además, si eres un amante del cordero no puedes dejar de probar el Ternasco de Aragón, otro plato estrella de la zona. Y para finalizar una gran comida en este lugar, una gran opción dentro de los postres es su conocida Trenza de Almudévar. 

Navarra

Antes de ponerte a comer en Navarra, es imprescindible que pruebes tanto sus quesos como su chorizo, siendo el más destacado el de Pamplona. En cuanto a la comida propiamente dicha, destacan los pimientos de piquillo rellenos de bacalao y dentro de los platos de cuchara las Pochas con chistorra, siendo estas unas habas que te darán la energía necesaria que necesitas como peregrino. Si además quieres probar el dulce, te recomendamos los canutillos rellenos de crema.

La Rioja

Si bien La Rioja destaca por su gran variedad de vinos de gran calidad, la cocina también es uno de sus platos fuertes. Por ello, al pasar por esta comunidad no podemos dejar de probar sus patatas a la riojana, un entrante perfecto hecho con patata, cebolla, pimiento, pimiento choricero y ajo. Para complementar, dos grandes opciones son el guiso de caparrones, hecho con una típica alubia seca, y las chuletillas de cordero asadas, muy conocidas en la zona por hacerse con sarmientos, que son los restos de la poda de las viñas. Es tal la importancia del vino en esta región que destaca hasta en los postres, siendo uno de los más conocidos las peras al vino.

Castilla y León

Debido a lo extensa que es la comunidad de Castilla y León, son muchos los platos típicos de este lugar, pero sin ninguna duda la carne destaca en todas sus provincias. Así, en Segovia es muy conocido el cochinillo, en Palencia el lechazo, en Burgos la morcilla y en Soria los torreznos, todos ellos platos típicos que no te arrepentirás de probar. 

Además, Castilla y León también cuenta con un cocido propio, el cocido maragato, que destaca en Astorga y que consta de sopa, garbanzos, berza y siete tipos de carne. Pero la sopa de este cocido no es la única sopa típica de esta comunidad, sino que también es muy representativa la sopa de ajo en Valladolid y la sopa castellana.

Gastronomía en el Camino Portugués

A su paso por el país vecino, los peregrinos también pueden gozar de una increíble gastronomía. Y es que en la zona portuguesa que recorre esta ruta son varios los platos típicos que nos dejarán con la boca abierta, destacando sin ninguna duda el pescado.

Así, un plato que hay que probar sí o sí es el Bacalhau, que además cuenta con todo tipo de recetas de lo más variadas, para que puedas escoger la que mejor se adapte a tus gustos. Otro de los platos de pescado más típicos es la sardina asada, destacando sobre todo en verano y siendo el protagonista del festival de San Antonio que se realiza en Lisboa a mediados de junio.

Hacia el norte, concretamente en Coimbra, otro de los puntos de partida del Camino Portugués, destaca el Leitão à Bairrada, una receta de cochinillo asado muy sabrosa y típica de la zona. Si seguimos subiendo y llegamos a Oporto, podemos degustar uno de los platos más conocidos de Portugal: A Francesinha. Se trata de un sándwich hecho con embutidos, carne asada, queso fundido en la parte superior, salsa de tomate y picante cerveza que es obligatorio degustar.

Como no podía ser de otra manera, Portugal también cuenta con dulces típicos, siendo los más conocidos los Pastéis de Nata / Pastéis de Belém, unas tartaletas de crema cuya receta sigue siendo un misterio después de 200 años. Tanto es así, que se dice que solamente 7 personas en el mundo la conocen.

Gastronomía en el Camino del Norte

El Camino del Norte es la ruta perfecta para conocer a fondo la gastronomía norteña de la Península. A su paso por las diferentes comunidades, el peregrino puede degustar decenas de platos típicos que incluyen tanto carne como pescado, y cada una de las recetas son una representación del lugar en el que se cocinan.

País Vasco

Si por algo es conocido el País Vasco dentro de la gastronomía es por sus pintxos y sus increíbles platos de pescado. Estos primeros son pequeños aperitivos que se pueden comer de un bocado y son muy variados, pudiendo encontrarlos en la mayoría de tabernas. Uno de los más conocidos es la gilda, que está hecho con aceituna, guindilla, anchoa enrollada sobre sí misma y de nuevo aceituna, ensartados en un palillo. 

En cuanto a los platos de pescado más representativos del País Vasco destacamos el bacalao al pil pil, el marmitako y las kokotxas en salsa verde. Lo más importante del bacalao al pil pil es su salsa, que se hace mezclando aceite de oliva grasa que el pescado suelta al freírse. El marmitako, por su parte, es un guiso de atún con patatas, ajo, tomate, pimiento choricero y pimentón. Por último, las kokotxas en salsa verde se realizan con la parte inferior de la barbilla de la merluza o del bacalao y su salsa está hecha con perejil y vino blanco, acompañándola de almejas, guisantes y ajos.

Pero si eres de los que le apasiona la carne no te preocupes, en el País Vasco también podrás probar unos txuletones (chuletones) increíbles. Para acompañar te recomendamos que pruebes el Txakolí, un vino blanco típico de este lugar. Eso sí, con moderación, que después hay que continuar con el camino. 

Cantabria

Sin duda, los platos más representativos de Cantabria son sus cocidos, tanto el montañés como el lebaniego. El montañés está hecho con alubias blancas, berza y compango, que incluye costilla adobada, tocino, chorizo y morcilla. Por su parte, el lebaniego consta de garbanzos de Potes, patata y el compango, que en este caso incluye cecina, chorizo, tocino y hueso de rodilla. Son dos comidas muy contundentes, por lo que normalmente se toman como plato único.

Si nos trasladamos al mar, en Cantabria destacan las anchoas y las rabas. En cuanto a las primeras, se consideran un entrante y las más conocidas son las de Santoña. Estas se elaboran artesanalmente y tras un minucioso procedimiento se conservan en aceite de oliva. Por su parte, las rabas son patas de calamar rebozadas en harina y huevo y posteriormente fritas. Se diferencian de los calamares en sí porque estas son alargadas y mucho más crujientes.

Además, si después de probar estos manjares todavía tenemos ganas de algo dulce, es obligatorio probar los sobaos pasiegos, un bizcocho que se sirve individualmente y que es conocido en toda España. 

Asturias

Para muchos de los turistas Asturias tiene una de las mejores gastronomías de toda España, siendo esta muy variada y sabrosa, y destacando por encima de los demás platos la fabada y el cachopo. Esta primera es un plato de cuchara, hecho con “fabes”, una variedad de judías blancas muy grandes típicas de la zona, a las que se le añade ingredientes como chorizo, cerdo y morcilla asturiana. El cachopo, por su parte, está hecho con dos filetes de ternera entre los que se coloca jamón y queso. Después se reboza en huevo, pan rallado y se fríe. Eso sí, suele ser muy grande, así que pregunta su tamaño antes de pedirlo.

Para abrir el apetito antes de tomar alguno de estos platos es muy recomendable probar el queso asturiano y el chorizo a la sidra, una bebida alcohólica fabricada con el jugo fermentado de la manzana muy típica de Asturias y con la que se suele acompañar la comida. Para finalizar con un toque dulce, no dudes en probar el arroz con leche de Asturias, uno de los mejores de España.

Gastronomía en Galicia

Como no podía ser de otra manera, todos los anteriores caminos terminan en Galicia, una de las comunidades autónomas con una gastronomía más impresionante. Y aunque habría que pasar una semana en este lugar para poder degustarla en su totalidad, os dejamos algunos de los platos que todo peregrino debería probar obligatoriamente para coronar su aventura.

Empanada gallega

La empanada gallega es una de las recetas más típicas de esta comunidad. Se trata de una masa parecida al pan que puede rellenarse con diferentes ingredientes y que suele tomarse como un picoteo antes de comer. Aunque en cada zona de Galicia se hace de una manera, las empanadas más conocidas son las de atún con pimientos, bacalao con pasas y, como no podía ser de otra manera, las de marisco, como las de berberecho o zamburiña.

Marisco

En empanada o como un plato en sí mismo, el marisco es el plato estrella de Galicia. Debido a sus miles de kilómetros de costa, esta comunidad cuenta con una gran variedad de mariscos de gran calidad. Entre los crustáceos destacan las nécoras, las centollas, los bogavantes y los famosos percebes. Por su parte, entre los moluscos destacan las navajas, las almejas de diferentes tipos, los berberechos, las zamburiñas y las vieiras.

Y si bien es cierto que con los moluscos se suelen hacer recetas más elaboradas como las vieiras a la gallega y con salsas como las almejas a la marinera, la mayoría de los crustáceos se comen directamente después de cocerlos. 

Pulpo á feira

Sin salir del mar encontramos otro de los platos gallegos más típicos, el pulpo á feira. Este se realiza con pulpo debidamente cocido, un buen chorro de aceite de oliva, sal gruesa y pimentón. Parece sencillo, pero cocinar el pulpo para que quede en su punto justo es una tarea complicada, y se dice que para conseguir una carne más tierna hay que cocerlo en un caldero de cobre.

Caldo gallego

Si llegamos a Galicia en los meses más fríos, la mejor opción para entrar en calor y además probar uno de los platos más conocidos es pedir caldo gallego. Se trata de un caldo hecho con grelos, berzas, patata gallega y alubias, y cocido a fuego lento con aceite de oliva y el hueso del lacón, el tocino del cerdo o un trozo de costilla para darle un sabor más potente. Un plato de cuchara perfecto con el que seguramente repetirás.

Cocido gallego

Como no podía ser de otra manera, Galicia también cuenta con su propio cocido. Este incluye lacón, rabo, oreja de cerdo, jarrete de ternera, costilla de cerdo, pollo, chorizo, grelos, patatas y garbanzos. Además, con el agua en el que se cuecen estos alimentos también puede hacerse una sopa muy sabrosa. 

Ternera gallega

Aunque en las anteriores recetas hemos visto la carne como una parte más del plato, la realidad es que la gran calidad de la ternera gallega también es uno de los puntos fuertes de esta comunidad. Esta ternera es de razas autóctonas, y los animales tienen que superar un control muy riguroso, lo que hace que la carne sea de una excelente calidad. Así, Galicia se convierte en un lugar perfecto también para degustar un chuletón.

Vino blanco gallego

Si queremos acompañar la comida con una bebida típica de Galicia, sin duda tenemos que probar sus vinos blancos. Así, podemos encontrar cinco denominaciones de origen de vinos gallegos, como son Monterrei, Rías Bajas, Ribeira Sacra, Ribeiro y Valdeorras. Y aunque todas son de gran calidad, es recomendable que te dejes aconsejar según tus gustos, ya que cada una de ellas cuenta con unas características y un sabor diferentes. 

Postres

Para coronar una comida perfecta, la gastronomía gallega nos ofrece diferentes postres típicos con los que añadir un toque dulce. Uno de los más conocidos son las filloas o freixós, hechos con harina, huevos, caldo o leche y que se pueden tomar solos o rellenos de alguna crema dulce. 

Por otro lado encontramos la famosa tarta de Santiago, el postre más conocido del Camino de Santiago. Se trata de una tarta hecha con almendras, huevos y azúcar, a la que posteriormente se le añade mantequilla y se hornea. Una delicia.

Por último destacamos la larpeira, un pan dulce relleno de crema pastelera y que cuenta con un toque de anís, algo típico en los postres gallegos. 

Sin duda la gastronomía es uno de los puntos fuertes del Camino de Santiago en todas sus rutas, por lo que ningún peregrino debe dejar de probarla, ya que así estará viviendo esta experiencia al máximo.