Reportaje

Las lecciones más valiosas del Camino de Santiago

La experiencia es un grado, pero concretamente en el Camino de Santiago es algo vital: cada año que lo recorras vivirás la ruta jacobea con otros ojos.

Ancares, Galicia | Luis Vilanova

Ancares, Galicia | Luis Vilanova

El Camino de Santiago en nuestra cabeza es una cosa antes de comenzarlo por primera vez y otra muy distinta tras concluirlo en la Plaza de Obradoiro. Esto no significa que la experiencia sea peor que lo que nos habían contado, simplemente es diferente; la experiencias que vivimos caminando nos llevan a entenderlo mejor y a separar lo que es más importante de lo que no. 

Compartimos contigo algunas de las enseñanzas más valiosas que hemos aprendido caminando hasta Santiago, para que puedas tomar nota y no cometas los mismos errores que algunos de nosotros a la hora de embarcarnos por primera vez en esta aventura. Hemos recopilado algunas de las lecciones más valiosas, pero hay muchas más que irás descubriendo en tus peregrinaciones.

✔️ Llevar más de la cuenta en la mochila termina pasando factura

Cuando preparamos nuestra mochila por primera vez, siempre tememos salirnos de nuestra zona de confort y nos apegamos a ella intentando llevarnos la casa a cuestas. La realidad es que nececesistas llevar en tu mochila para el Camino de Santiago mucho menos de lo que crees.

Solo hay que meter lo imprescindible si no queremos que le pase factura a nuestra espalda, a nuestros pies y rodillas. Tenemos una lista completa de todo lo que puedes necesitar en tu aventura, pero a mayores, recuerda siempre la regla del 10% (no sobrepasar nunca en peso de la mochila el 10% de nuestro peso corporal)

✔️ Comenzar a caminar sin preparación física no es buena idea

Antes de comenzar por primera vez quizás no seamos conscientes de las distancias del Camino de Santiago. Las etapas suelen tener una media de 20-25 km de recorrido y no hay que perder de vista que caminaremos todos los días (aunque podamos tomarnos un respiro una jornada esporádica). Si para nuestra primera peregrinación dedicamos 5 días, estaremos superando en la mayoría de casos los 100 km.

Debido a nuestra rutina y el tiempo libre de la mayoría de los mortales, es difícil que estemos acostumbrados a caminar estas distancias en nuestra vida diaria. Por eso es imprescindible, independientemente de que pensemos que estamos en buena forma física, que nos preparemos con algunas semanas de antelación. Aquí profundizamos algo más sobre la preparación física para el Camino de Santiago que necesitas.  

✔️ Por encima de todas las cosas, no estrenarás calzado en el Camino de Santiago

Si es importante comenzar a caminar bien preparado físicamente, no lo es menos hacerlo con un calzado adecuado y sobre todo, usado previamente. El calzado recién estrenado es rígido y casi con toda probabilidad te ocasionará problemas de rozaduras o ampollas, que con el paso de los kilómetros se convertirán en heridas que te pueden dejar tirado en el Camino de Santiago. Elige el calzado que más te guste: botas, zapatillas o sandalias de trekking... La variedad es muy amplia, pero asegúrate de al menos haber hecho la preparación física de las semanas previas con ellas puestas, para ir ablandando el material. 

✔️ El tiempo en el Camino no siempre acompaña

El invierno y el otoño no son muy amables en el Camino de Santiago en cuanto a metereología (el tiempo en Galicia es inescrutable), aunque cada vez es más común ver peregrinos caminando en estas fechas, debido a la expansión del fenómeno. Sin embargo aunque elijas el verano o el final de la primavera para recorrerlo, no de confíes, aunque llueve menos, en el último tramo es común encontrarse con días de lluvia inesperados que nos pueden estropear la experiencia si no vamos preparados. 

Para ello, consulta la metereología siempre del día siguiente y ve preparado con un chubasquero o un poncho en la mochila (si te cubren a ti y a tus bienes personales, mucho mejor); no ocupan nada y al final siempre les acabas dando uso. 

✔️ Cuando llegas a la meta, te das cuenta de que lo más importante no era llegar

Cuando hacemos el Camino de Santiago nos pasamos todo el recorrido imaginando cómo será entrar en Santiago de Compostela, lleno de peregrinos como nosotros, y qué sentiremos al alcanzar la famos plaza de Obradoiro y descubrir la catedral. Cuando llegas, las emociones brotan y el momento se convierte en uno de los instantes que grabas para siempre; sin embargo, con el paso de los días muchos nos damos cuenta de que lo más importante es el "durante" y de toda la verdad en eso de que "el Camino de Santiago no es una carrera".

Cada uno disfruta el Camino de Santiago como quiere, pero en nuestra opinión, la mejor manera de sacarle todo el partido es tomárselo con calma y valorar más las cosas pequeñas, respirar el aire fresco, abrir bien los ojos y los oídos e imaginarse como habría sido este inmenso árbol de rutas jacobeas hace muchos siglos. ¿Cómo sería la vida de un peregrino en la Edad Media? 

✔️ La experiencia de los peregrinos veteranos vale su peso en oro

Muchos peregrinos, a la hora de prepararnos para el Camino de Santiago, lo confiamos todo a lo que leemos, lo que nos recomiendan las guías o portales de internet como ViveCamino. Informarse previamente es muy importante, pero no lo es todo: la experiencia de los que ya han pasado por lo mismo que tú (algunos decenas de veces) puede valer su peso en oro.

Por eso los peregrinos más veteranos se merecen todo tu respeto y atención; seguramente se hayan encontrado con las mismas situaciones que tú y ya sepan cómo afrontarlas, puedan aconsejarte sobre qué visitas son más recomendables, dónde merece más la pena comer o dormir, advertirte de dónde podrías perderte y un largo etc. Escúchalos con atención, enriquecerán tu experiencia sin pedir nada a cambio.  

✔️ Es mejor darnos una jornada de respiro que terminar lesionados

Esta lección del Camino de Santiago conecta con "comenzar a caminar sin preparación física no es buena idea". Lo cierto es que no todas las rutas a Santiago son iguales; algunas como el Camino del Norte o el Primitivo son considerablemente más duras para las piernas, aunque no es que al Camino Francés le falten repechosplan. Incluso aunque hayas sido estricto y te hayas preparado a conciencia para afrontar el Camino y todo lo que se te ponga por delante, nadie está libre de fatigarse en exceso y acusar la carga de kilómetros en las piernas.

Cuando esto te suceda en medio del Camino de Santiago debes hacer caso a las señales que te envíe tu cuerpo; si tus piernas no pueden más después de varias jornadas duras, no te hagas el valiente y para. Un día más o un día menos para llegar a Santiago es irrelevante, lo más importante es no terminar lesionados y tener que abandonar, llevándonos una mala experiencia. Descansa, visita al fisioterapeuta para que te ayude con esos problemas físicos y seguro que vuelves a caminar con muchas más fuerzas.  

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